Leonardo - Capítulo 25
"El amor significa que los dos hacemos sacrificios. Soy capaz de decidir a qué renunciar también."
Parte 1
El tiempo nunca se detenía. Y ahora, se estaba aproximando a la medianoche, de la noche antes de que la puerta se abriera.
…La noche que
Leonardo pensó que le diría adiós a MC. Y aun así aquí yacía ella, ens su
brazos, durmiendo lánguidamente[1].
Su sonrisa
desapareció, y sus dedos aminoraron su camino entre el sedoso cabello; recordó
lo que ella acababa de decirle.
MC: Sí,
soy sólo una humana. Una mortal. No viviré por siempre, como tú lo harás.
Acepto eso y estoy bien con ello.
Su fracaso en encontrar la solución
perfecta-- ¿no había resultado no siendo un error después de todo?
MC: Así
es que es por eso—que quiero pasar toda mi vida mortal, completamente humana
contigo. Sé que va a ser difícil para los dos. Que el amor, hermoso como es, no
resuelve cada problema.
Leonardo: …Cara
mia?
MC: Pero
los dos merecemos ese amor—esta única oportunidad de estar juntos.
Hacerla feliz era todo lo que quería.
¿Pero su propia felicidad? Su felicidad… ¿juntos?
MC: Estoy
lista para tratar y encarar esos problemas. De hecho, ansío la oportunidad de
hacerme más fuerte a tu lado. Porque la persona que soy contigo es la persona
que quiero ser… Completa.
No sólo sus
palabras, sino su deseo resonaba en su alma—era su propio deseo después de
todo.
Leonardo había
aceptado que la vieja decisión que había hecho, su juramento egoísta, podría
ser el fin de ello.
Que cuando le
dijera todo, ella podría llorar por la desesperanza de todo aquello…
…Y con el
tiempo, llegar a aceptar lo inevitable y elegir ir a casa, donde podría ser
feliz.
Que cuando ella
se fuera, él estaría en la puerta, diciéndole adiós con una sonrisa.
Incluso si ver
a MC irse sería lo que finalmente haría que su corazón dejara de latir.
Leonardo se
había preparado a sí mismo para pasar la eternidad sin la persona que más
amaba.
Pero MC vio a
través de su innecesario auto-sacrificio. Dijo que no necesitaba renunciar a lo
que quería—y lo que ella también quería..
Dijo que no
necesitaba una vida extendida para ser feliz, y él sabía que lo decía en serio.
MC: Leo…nardo…
Leonardo: ¿Sí?
Ella no
respondió. MC sólo estaba murmurando en sueños.
Él le sonrió.
Era momento de
que decidiera.
Se deslizó
fuera de la cama, con cuidado de no despertarla, y se vistió. Se recargó contra
la puerta un momento más para contemplarla dormir.
Leonardo: …Scusa,
cara mia. Quizá dejarte
ir sea lo correcto. Pero resulta, que no puedo soportar ser separado de ti
después de todo.
Parte 2
(…Mmm…)
Desperté de un
profundo, envolvente sueño.
MC: ¿Dónde--?
Me tomó un
momento reconocer que estaba en la habitación de Leonardo.
(Supongo que me
quedé dormida)
Me tallé los
ojos. Si estaban un poco rojos, no serían la única parte de mí que lo estaba.
(...No veo a
Leonardo)
Definitivamente
no estaba en la cama. No parecía estar escondido en la pila de cacharros que
era su cuarto.
Rescaté mis
ropas del suelo y me vestí.
(…Bueno, le
dije todo. Todo lo que quería para mí, para él, para nosotros. Aunque no llegué
a escuchar su respuesta)
Quería
permanecer positiva, pero el hecho de que se fue antes de que despertara no me
llenaba de confianza.
Salí para
encontrarle, y quizá conseguir algo de aire.
Debe haber sido
tarde. La mansión entera estaba oscura. La luz de la luna se regaba por los
pasillos.
Mis pies me
llevaron hacia el balcón…
…Y lo encontré
ocupado.
(Ahí está
Leonardo. ¿Y le Comte también?)
No se habían
percatado de mi presencia todavía.
(Están hablando
de algo privado. No debería espiarlos. No DEBERÍA, pero—No, quizá simplemente
debería regresar)
Era la decisión
correcta, y mi corazón estuvo de acuerdo. ¡Pero mi cuerpo no! ¡Mis pies no se
movían!
Fue entonces
que escuché mi nombre.
Saint-Germain: MC te dijo eso, ¿no es así? Gracias al
cielo esta casa finalmente tiene a alguien con buen juicio.
Leonardo: Sí, ella es lista.
Estaban hablando
sobre mí. Probablemente hablando de mi conversación con Leonardo. No podía irme
ahora aunque lo intentara.
Desde el
vistazo que tenía del balcón, vi a Leonardo dar un tirón a su cigarrillo. Las
cenizas quemaron y cayeron, luciendo como luciérnagas.
Leonardo: Dime. ¿Recuerdas lo que me dijiste
cuando ella llegó aquí?
Saint-Germain: Me temo que ya se me ha olvidado.
Leonardo: ¿Sí? ¿Tu costumbre actuando de nuevo? Ya
sabes, ¿ese hábito de “olvidar” cuando dijiste algo de lo que te retractas? Te
recordaré de nuevo. Justo después de tomar a MC como compagna provvisoria, tú dijiste “MC es una preciada invitada de
otro tiempo. Una temporal. No te pongas en una posición donde te arrepientas de
decir adiós”.
Parte 3
Saint-Germain: Sí, sí dije eso. Lo recuerdo ahora.
Justo como recuerdo tu respuesta. Tú dijiste “La empujaste hacia mí porque soy
la última persona en sentirse de ese modo. Así que no te preocupes por eso.”
Después de un momento, añadiste “Soy un experto en decir adiós sin
arrepentimiento”.
Leonardo: …Sabía que no lo habías olvidado. Eres
más taimado[2] de lo que dejas parecer.
Saint-Germain: No tiene sentido esconderlo alrededor
tuyo.
Leonardo soltó
una risita.
Incluso le
Comte sonrió.
Se rieron
juntos, dos muy viejos amigos. Tras un momento, Leonardo habló de nuevo.
Leonardo: Como sea, vine a decirte que lo siento
por fallarte. Me retracto de todo lo que dije.
Saint-Germain: ¿A qué te refieres con eso?
Leonardo: No puedo decir adiós… No puedo dejarla
ir. MC, ella es la única persona que jamás soltaré.
Mi corazón
latió más rápido, en un impulso de alegría.
Esa era la
respuesta de Leonardo.
Saint-Germain: Gracias
a Dios. Finalmente sucedió.
Leonardo: ¿Por qué suenas tan feliz?
Saint-Germain: Leonardo, a través de los siglos, he
notado que, a diferencia de mí, nunca has dudado en relacionarte abiertamente
con otra gente. Y aun así nunca te habías permitido amar. ¿Cómo esperabas pasar
la eternidad, exactamente?... Estaba realmente preocupado de que fueras a
pasarla gorroneando mi generosa hospitalidad. Pero ahora… Estoy realmente feliz
por ti, viejo amigo.
Leonardo: Je. ¿Tú, feliz por mí? Ahora de verdad
creo que el mundo va a acabarse mañana.
Saint-Germain: Lo digo en serio, Leonardo. Y también
digo en serio—
Leonardo: ¿Qué? ¿Más consejos para mí?
Saint-Germain: ¿Comprendes que los dos van a enfrentar
muchos obstáculos? Por lo que me has dicho, su amor es sincero. Pero le
estarías pidiendo renunciar a su tiempo original, su hogar, todo lo que ha
tenido.
Leonardo: ¿Sí? ¿Eso crees?
Saint-Germain: Leonardo, esto no es un juego—
Leonardo: …No tendrá que renunciar a nada.
(¿A qué quiere
llegar?)
Leonardo: Eso depende de mí ahora. Y no hay
sacrificio que pueda hacer que sea demasiado grande para ella.
Saint-Germain: …¿No estarás pensando en intentar atravesar
esa puerta?
Parte 4
(¿Regresar
junto conmigo? ¿A través de la puerta por la que llegué? ¿Siquiera eso es
posible?)
Leonardo: ¿Por qué no? Es una buena idea.
La mandíbula de
le Comte estaba rígida.
Saint-Germain: Leonardo, esa idea es ridícula, incluso
para ti. Fue un milagro que MC entrara por esa puerta y saliera viva de nuevo.
Leonardo: Sí. He querido decirte, no es mucho una
puerta si tú eres el único que puede usarla con seguridad. Bueno, tú, y MC,
probablemente. Pero hey, no es como si intentar cruzar fuera a matar a un
sangre pura, ¿cierto--?
Saint-Germain: Terminar cien siglos antes de su
nacimiento es uno de los mejores resultados que te esperarían si pasas por esa
puerta. Probablemente quedarías atrapado en un vacío oscuro sin salida, por
siempre muriendo de hambre, y aun así sin poder morir—por toda la eternidad.
(…¡No tenía
idea de que la puerta fuera tan peligrosa! Realmente fue un milagro que saliera
de nuevo)
No quería
pensar en ese vacío. ¡Y ciertamente no quería pensar en Leonardo ahí!
Saint-Germain: Lo peor de todo, podrías terminar en el
lugar correcto, sólo para ser un despreciable holgazán y ser una carga en sus
finanzas y paciencia.
Leonardo: Al menos no pasaré la eternidad
escuchando tus quejas quisquillosas. Deje de preocuparse, “Monsieur le Comte”.
Saint-Germain: …¿Piensas que me he vuelto temeroso?
Un jirón de
humo escapó de los labios de Leonardo.
Leonardo: Pienso que necesitas más fe. MC me
eligió a pesar de todo lo que hice para desanimarla. Así que apostaré todo, incluso
mi destino, para probar que su decisión estaba justificada.
Saint-Germain: ¿Lo dices en serio?
Leonardo: Lo digo en serio. Además, no pasaré la
eternidad muriendo en algún rincón vacío del espacio… Si hiciera eso, no podría
estar ahí para secar las lágrimas de mi compagna,
¿verdad?
Le Comte no
tuvo respuesta.
Leonardo: No necesitas preguntar si lo lograré o
no. Los dos hemos vivido todo este tiempo. Sobrevivido diferentes eras. Su
tiempo no debería ser diferente. El siglo XXI suena a que podría ser muy
divertido. Aunque, tengo que admitir, sería triste si ya no fumaran ahí.
Parte 5
Leonardo sonrió.
Parecía brillar
a mis ojos. Más reluciente que antes. Una luz en la oscuridad.
Saint-Germain: …Mon
dieu! No voy a intentar convencerte. He pasado demasiados años jugando a
ese juego.
Leonardo: Me alegra saber que estamos en la misma
frecuencia.
Un resoplido de
humo se disipó a las nubes.
Leonardo: ...Simplemente no quiero quitarle nada…
Saint-Germain: ¿Qué estarías quitándole,
exactamente?
Leonardo: En este momento, sus pequeñas manos
están cargadas de esperanza y emoción por el futuro. Pero ese futuro—No hay
manera de evitar el hecho de que vivir conmigo significa renunciar a ciertas
cosas.
Le Comte no
refutó esa idea.
Leonardo: Renunciaré a este lugar y a este tiempo
si significa dejarla conservar algo importante para ella.
Silenciosamente
le di la espalda al balcón y me recargué contra la pared.
Si escuchaba
más, no podía prometer que no iba a empezar a llorar.
(…Todavía tan
auto-sacrificado)
Leonardo siempre
estaba unos pasos delante de mí.
Y con esa
previsión, removió todo lo que pensó que podría ponerme triste.
Cada día desde
mi llegada a este tiempo, me había protegido, mantenido feliz. Sin queja, sin
necesitar preguntarme cómo.
Leonardo: ¿Me
dejarías continuar ayudándote a sonreír… abiertamente, de ahora en adelante?
Ya fuera que lo dijera en voz alta o no…
Leonardo: Aunque
sólo somos compagni provvisoria, sigo siendo tu compagno.
[…]
Leonardo:
Quizás es egoísta de mi parte, después de lo que hice, pero sólo
quería que fueras feliz. Siempre luces bonita, cara mia, pero tu sonrisa me quita el aliento.
[…]
Leonardo: …Oww.
Eso duele, niña tonta…
MC: Oh,
¿ahora duele?... Tonto vampiro. ¡No deberías haber dejado a ese maniático
dispararte tantas veces…!
Leonardo: Hey, ya…
sonríe para mí, ¿sí?
…Él
siempre… siempre…
Leonardo: ¿No te
lo digo siempre? Me encanta tu sonrisa.
(Leonardo, te amo, y eres tan preciado para mí. Tú ERES lo que es
importante para mí. Por lo que no voy a dejar que sigas sacrificándote para
protegerme… El amor significa que los dos hacemos sacrificios. Soy capaz de
decidir a qué renunciar también)
En el exterior, la luna había adelgazado en una afilada, estrecha
creciente, justo como la noche que había llegado.
Tic tac,
tic-tac hacía el regalo de Leonardo. Su forma de ayudarme a contar los
segundos hasta que la puerta se abriera y fuera a casa.
Tomé mi decisión—
~Fin del
capítulo 25~
[1]: Agotada,
pues.
[2]: Astuto…
N/T: Este es el último capítulo antes de seleccionar un tipo de final ("Romántico" o "Dramático"). Me hubiera gustado elegir el dramático, pero por lo que he escuchado, no es dramático como me gustaría jaja. Por tanto, elegiré el romántico...
~Traducción al español~
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