Sunday, January 5, 2020

Ikemen Vampire - Leonardo - Capítulo 18 [Traducción al español]

Leonardo - Capítulo 18

"Mis manos estaban temblando.
Las junté para mantenerlas quietas.
Sabía que Leonardo estaba viéndome.
Pero no podía mirarlo a los ojos."

Parte 1
(No voy a ser capaz de dormir esta noche, pensando sobre lo que dijo Shakespeare. Cierto. Y aparte estaba planeando hablar con Leonardo, después de la fiesta)

No había nada más sobre eso. Necesitaba verlo. Mientras me decidía—
Alguien llamó a la puerta, dos bruscos toques.
Sabía que era él.

Leonardo: Cara mia, voy a pasar.

Leonardo entró, todo luz de un dorado empañado, llevando esa dulce fragancia junto con él—

MC: …Leonardo.
Leonardo: ¿Tu vestido sobrevivió?
MC: Sí, la mancha desapareció.
Leonardo: Bien. Se veía bien en ti. Lamenté el que tuvieras que quitártelo tan pronto.
MC: No deberías lamentarlo. No fue tu culpa.

Leonardo absorbió mis palabras con una sonrisa torcida.

Leonardo: …Estaba pensando que probablemente deberíamos hablar. ¿Estás ocupada justo ahora?
MC: Para nada. De hecho, estaba a punto de ir a buscarte. Esperaba que pudiéramos hablar también.
Leonardo: Tuvimos la misma idea.

Leonardo se sentó en la cama, a mi lado, divertido.
Su compañía usualmente me llenaba de gozo, pero esta noche, me sentí extrañamente solemne.

(Estábamos divirtiéndonos tanto sólo una hora atrás)

El sonido de nuestra dichosa risa en el salón de baile era un eco desvaneciéndose en mi mente.

Leonardo: ¿Hey, cara mia?

Leonardo fue el primero en hablar.

MC: ¿Sí?
Leonardo: …¿Qué te dijo él?

(Por “él”, Leonardo se refiere a Shakespeare)

Shakespeare: Considero que en lo más profundo de su corazón, tú posees su favor más alto. Amor, por el que arderían las estrellas.
MC: ¿Leonardo, enamorado de mí? No estoy tan segura. No, yo soy la que está enamorada de él—
Shakespeare: No hay nada qué ocultar. La suya probaría ser una unión de lo más fascinante. Qué final avendría al amor de ella, una simple mortal, y él, que nunca ha probado el fruto de la frágil mortalidad.
MC: ¿Mortalidad? ¿Se refiere al hecho de que es un vampiro? Puede que Leonardo sea uno ahora—Pero eso no borra los años que vivió como humano antes de que se convirtiera.
Shakespeare: …¿No lo sabes?

MC: Shakespeare me dijo varias cosas. Si le entendí correctamente, la más extraña de ellas es que tú nunca viviste una vida mortal.

Leonardo no habló.

MC: Esa es la parte que no entiendo. Moriste, y fuiste convertido en un vampiro por le Comte como los otros, ¿no es así?

Parte 2
MC: …o quizá lo escuché mal. Todo lo que dijo era como un rompecabezas envuelto en un poema. O estaba bromeando. No sé cuál.

Me senté ahí. Puede que esperando por una respuesta. Puede que deseando no escuchar una.

Leonardo: Cara mia…

Nuestras miradas se entrecruzaron.
Y el hombre que amaba me dio la respuesta que más temía oír.

Leonardo: Tiene razón.
MC: ¿Vas a explicarme? Creo que estoy lista para escuchar esto.
Leonardo: Es una… y odio decir esto, pero es una larga historia. Necesitaré tu paciencia, cara mia.

Leonardo abrió y cerró las manos.

Leonardo: Le Comte y yo, somos diferentes de los otros vampiros aquí—los vampiros menores. Somos los únicos de sangre pura.

(¿Un vampiro de sangre pura? ¿Vampiros menores?)

No me había percatado de que había distintos tipos de vampiros hasta este momento.

MC: ¿Eso qué significa? ¿Cuál es la diferencia entre un sangre pura y un… ¿un vampiro menor?

De pronto, esto se sintió como una barrera entre nosotros… ¿otra barrera?
Aun así tenía que saber. Una parte de mí no podía esperar.

Leonardo: Un vampiro de sangre pura—o vampiro mayor, como dicen a veces—es el hijo de dos padres de sangre pura. Nacen como vampiros. Los vampiros menores son los que eran anteriormente humanos, convertidos en vampiros por la mordida de un sangre pura. De hecho— Los vampiros sangre pura son los únicos que pueden convertir a los humanos en vampiros.

(¿Así es como funciona? ¿Es la mordida de un sangre pura la que convierte a un humano en un vampiro?)

Leonardo dio una risita, y me pregunté con extrañeza qué encontraba divertido sobre esto.
Me di cuenta tras un momento de que era una risa despreciativa hacia sí mismo. Esto era difícil para él.

Leonardo: …A diferencia de los otros aquí, nunca morí. No sólo tengo una vida extendida—mi vida, probablemente, nunca llegará a un final. Soy inmortal.
MC: …¿Eres inmortal? ¿Qué hay de envejecer?
Leonardo: Una vez que alcanzamos la madurez, los vampiros mayores ya no cambian. Nuestros cuerpos sí se auto-reparan— córtame en trozos, o apuñálame en el corazón, y simplemente sanaría y continuaría viviendo.

Tuve problemas para imaginarlo. En un mundo con viajes en el tiempo y vampiros, Leonardo era inmortal.

MC: Tú no viajaste en el tiempo para llegar aquí, como los otros— ¿Tú has vivido cada año de tu vida desde el momento de tu nacimiento hasta ahora?
Leonardo: Sí. Un par de siglos.

Rio con esa risa auto-despreciativa de nuevo.

Leonardo: …De hecho, he vivido cerca de 500 años ya.

(¿Ha estado vivo por 500 años?)

Esa cantidad de tiempo era inconmensurable para mí. Comprimida en un libro, seguro, ¿pero vivir cada año, cada día, por 500 años?
El hombre que amaba estaba sentado junto a mí. Podía estirar la mano y tocarlo—
Al mismo tiempo, estaba en otro sitio en el que nunca podría estar. Al que nunca podría ir. Ni en una docena de vidas.

(¿Es posible cruzar esa clase de trecho?)

Tenía más preguntas que eso, aparte.
¿Cómo podía Leonardo Da Vinci aún estar vivo y aun así haber “muerto” en el año 1519?
¿Qué lo trajo aquí, a esta mansión con le Comte y los vampiros menores?

(Pero justo ahora, lo que realmente quiero saber es--)

Parte 3
 (Pero justo ahora, lo que realmente quiero saber es--)

La acalorada conversación de Leonardo con Shakespeare cruzó por mi mente.

Shakespeare: …”¿Involucrar a alguien más?” ¿Cuando eres tú el que la ha tomado a su historia y aun así ha guardado ciertos detalles pertinentes?
Leonardo: ¿Cómo dijiste?
Shakespeare: La dama y yo sólo estábamos hablando. Y parece—que nunca le has dicho lo que eres.
Fue en ese punto en el que Shakespeare había dicho algo que era realmente un misterio para mí—
Shakespeare: Sabías que estarían aquí esta noche. ¿Es por eso que bailaste con ella? ¿Quizá buscaste un bálsamo de tu dilema en concreto? Pero debes saber que este lamentable, desfalleciente recurso provisional no va a satisfacerlos. 

MC: Me gustaría usar mi pregunta diaria, Leonardo.
Leonardo: …De acuerdo.

Accedió suavemente. Me sentí terrible, pero no sabía de qué otro modo obtener una respuesta directa.
Ahora eran mis manos las que no podían permanecer quietas.

MC: Durante la fiesta, Shakespeare dijo algo. Habló de tu dilema; dijo que “ellos estaban aquí, y este baile no va a satisfacerlos”.

Los ojos dorados de Leonardo perdieron su luz.

MC: ¿Quién, y de qué estaba hablando?

Se removió en mi cama para voltearse hacia mí.

Leonardo: …¿Recuerdas todas esas cartas instándome a encontrar a alguien para casarme?
MC: Sí, por supuesto. Es por esas que tú y yo nos convertimos en compagni provvisoria.
Leonardo: Esas cartas vienen de mi familia—
MC: ¿Y tu familia está conformada por vampiros de sangre pura—otros inmortales, como tú?
Leonardo: Sí. Ya no les hablo o los veo. Nosotros… no estamos de acuerdo en muchas cosas. Una vez que descubrieron mi paradero, empezaron a cazarme con cartas de nuevo. No quieren que esté simplemente con quien sea—Quieren más sangres pura. No soy mas que la mitad de una ecuación para ellos.

(Si ese es el caso--)

MC: Si quieren herederos de sangre pura, entonces necesitan que te juntes con una sangre pura, ¿verdad? Así que no tenía caso el pretender cortejar a una mujer humana como yo.

Su silencio confirmó mis sospechas.
Y eso lanzó una nueva luz en esa discusión inicial con Leonardo y le Comte…

MC: Nunca hubo un beneficio para ti aceptando ser mi compagno, ¿no es cierto?
Leonardo: …Los dejó en shock. Los acalló por un rato. Es difícil conseguir paz cuando tu familia es inmortal. Grazie, cara mia.

(Sólo está diciendo eso para reconfortarme. Le Comte sabía. Seguramente, Sebastian sabía también. Leonardo aceptó instantáneamente pretender ser mi amante, todo para protegerme)

Mis manos estaban temblando.
Las junté para mantenerlas quietas.
Sabía que Leonardo estaba viéndome.
Pero no podía mirarlo a los ojos.

Leonardo: ¿Estás enojada conmigo por no decirte?... ¿O estás asustada de lo que soy?

Parte 4
(¿Asustada de ti--?)

MC: No. ¡En absoluto!

De eso estaba segura.

MC: Creo que entiendo por qué ocultaste la verdad. Debes haber sabido que no me sentiría bien sobre nuestro acuerdo si era para mi bien solamente. No querías que me sintiera inquieta. Siempre estás haciendo eso para la gente—

Le lancé una mirada. Vi preocupación por mi respuesta en su expresión. A la vez, estaba conteniendo la preocupación con una tierna sonrisa.
Ver la luz profundamente en sus ojos hizo que esas bien conocidas emociones se acumularan dentro de mí.

MC: Y no estoy asustada de ti.
Leonardo: …Cara mia.
MC: Estoy en shock de enterarme de que eres inmortal. Por supuesto, eso fue una sorpresa. Pero no importa lo que seas, vampiro sangre pura o no, nunca podría tener miedo de ti.

(Porque yo--)

Posé mi mano para alcanzar la suya.
Al instante, estábamos sosteniendo mutuamente nuestras manos.

MC: Porque estoy enamorada de ti.

Los ojos de Leonardo se abrieron desmesuradamente.

(No estaba planeando decirte esto de esta forma. Así no era como quería que lo supieras)

MC: …Estaba planeando decírtelo después del baile. Sabía que tú siendo un vampiro haría las cosas complicadas. Esperaba que pudiéramos hablar sobre esto. Sobre… ¿si hay una oportunidad para un nosotros?

Estaba callado.

MC: …También estaba preparada para ser rechazada. Pensé que estaba preparada para toda clase de respuestas. Pero estaba siendo ingenua. Ingenua sobre ti, lo que hiciste por mí, ¿y quizá sobre lo que sientes…?
Leonardo: …Cara mia. No es tan simple.
MC: Aceptaste para protegerme. Y estoy preocupada de que algo así de unilateral no sea amor.
Reflexioné sobre lo que me había dicho.

Leonardo: ¿Me dejarías continuar ayudándote a sonreír… abiertamente, de ahora en adelante?
Palabras que habían movido mi corazón hacia el suyo.
Leonardo: Aunque sólo somos compagni provvisoria, sigo siendo tu compagno.

(Dijiste eso, y dijiste tantas cosas que me hicieron estar segura de que me amabas. Pero estaba interponiéndose entre nosotros, ¿no es así? Tengo este solo, maravilloso mes contigo. Pero para ti, mi tiempo de vida debe parecer corto. Ni siquiera me importa eso, pero quería… Quiero alguna forma de zanjar la distancia…)

Parte 5
Mis sentimientos crecieron, más allá del punto de quiebre.
Mi corazón estaba clamando. Se me escapó un:

MC: …¿Leonardo? ¿Cuánto tiempo tendría para vivir--? Si tuviera una vida extendida, ¿podrías permitirte amarme?

¿Acaso perdió color su rostro en ese momento? ¿Acaso le lastimaron mis palabras? No pretendí que lo hicieran…

Tic, tac, tic, tac, hacía el reloj en mi brazo. Contando los segundos de mi vida.

(Hay una amplia diferencia en el tiempo que hemos vivido—que viviremos. Es la razón por la que nunca pude entender sus sentimientos. Somos demasiado diferentes)

Nuestros corazones estaban a cientos de años de distancia.
Solté su mano, el calor de él desvaneciéndose de las puntas de mis dedos.

(Pero si pudiera acercarme más a ti--)

MC: …¿Podrías amarme si me convirtiera en un vampiro?
Leonardo: ¡Cara m--!

Leonardo de pronto se interrumpió, su expresión cambiando.

Leonardo: ¿Hablas en serio sobre esto?

Sus ojos se endurecieron, clavados sobre los míos.

MC: No preguntaría si fuera de otra manera. Puedes convertirme en un vampiro con una mordida.

Estaría de acuerdo con eso, si nos permitiera estar juntos.

Leonardo: …¿Harías esto por mí? Ya veo.

Y de pronto, Leonardo estaba besándome.
Mis labios dispuestos a la insistente caricia de los suyos.
Estábamos besándonos, una y otra vez. Pronto perdí la cuenta, sin aliento por nuestra pasión—
Caí hacia atrás sobre mi cama. Mi cabello se desperdigó en las sábanas a mi alrededor.
Leonardo afianzó mi muñeca con fuerza vampírica, manteniéndome contra el colchón.

MC: Leonardo…

Susurré su nombre, mi voz suave, mientras desabotonaba mi blusa con rudeza.
Ahora besos apasionados cayeron sobre mi cuello descubierto.

Leonardo: …No quiero estropear tu hermosa piel. Quédate completamente quieta mientras hago esto—

Leonardo besó cada punto lentamente, como probando dónde sería mejor hundir sus colmillos.
Llamé su nombre una y otra vez, mi voz haciéndose más fuerte, ronca, desesperada por decir algo—

Leonardo: Scusa, pero no hay forma de retractarse de esto. Ahora, ¿dónde es el sitio correcto? Claro, el cuello. Ese es el mejor lugar para morder.

Esta vez no hablé. Temblé.

Leonardo: Escucha bien, cara mia. Cuando te muerda, sólo sentirás placer como nunca has sentido antes. Perderás la consciencia—Ahora bien, ¿el dolor? Es sólo un alfilerazo… Entonces despertarás cambiada para siempre—un vampiro.

La sangre estaba retumbando en mis oídos.

Leonardo: Al despertar, ansiarás sin cesar la sangre de criaturas vivientes… Y eso perdurará continuamente a lo largo de la pequeña probada de eternidad que voy a otorgarte.

El aliento de Leonardo estaba caliente contra mi piel. Quemando. ¿Por qué se sentía tan caliente?
Pero no era él. Era yo. Estaba fría, estremeciéndome, petrificada.

Leonardo: Sólo cierra los ojos. Una última vez. El momento que lo hagas—ahí es cuando mueres.
MC: ¡L-leonardo--!

Grité su nombre…
…Y se detuvo.
Leonardo soltó mis manos, y lentamente se levantó, alejándose de mí.
Miró hacia abajo, sus ojos perdiendo su brillo.
El alguna vez reluciente dorado de sus ojos fue tornándose oscuro, viejo, y apagado—y profunda, eternamente solitario.

Leonardo: …¿Por qué te ves a punto de llorar, cara mía?

~Fin del capítulo 18~


~Traducción por Daisy Doe~

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