Leonardo's POV - Capítulo 14
POV: Point Of View / Punto De Vista
"Tomé su delicada mano y la alcé entre nosotros. El atardecer dio directo al reloj.
"Tomé su delicada mano y la alcé entre nosotros. El atardecer dio directo al reloj.
Su reloj marcó los segundos. Segundos que tenían un significado completamente distinto para ella que para mí."
. . .
Se veía bien en
ella, y ella parecía disfrutarlo. Dejó su brazo mecerse de atrás a adelante
mientras caminaba, dando una buena vuelta al resorte.
Tan pronto como
estuvimos solos, me hizo la pregunta del día—
(Ya he empezado
a anticipar cuándo y dónde va a ocuparlas)
Y había visto
venir esta pregunta.
MC: Habías
planeado darme este regalo desde hace un tiempo. ¿Por qué motivo?
(¿Ves? Eso
pensé. Y no va a dejarme ir sin una respuesta)
Suspiré,
mirando a esos ojos curiosos.
Leonardo:
No es una razón tan grande como piensas. Si tienes esto, pensé que no
necesitarías siempre estar revisando ese reloj de arena.
MC: ¿Es por
eso que me conseguiste un reloj?
Leonardo:
Sí. No deberías tener que ir todo ese camino al cuarto de le Comte
sólo para revisar la hora.
Tomé su
delicada mano y la alcé entre nosotros. El atardecer dio directo al reloj.
Su reloj marcó
los segundos. Segundos que tenían un significado completamente distinto para
ella que para mí.
Leonardo:
Este reloj te guiará de regreso a tu tiempo.
MC: ¿De
regreso a mi presente, quieres decir?
Elegí mis palabras cuidadosamente. Más que nada, quería que
entendiera.
Leonardo:
…El resto de nosotros aquí, no vivimos en el mismo fluir del tiempo
que tú.
(Tu vida es un precioso regalo. Pero es uno que llegará a su final. Y
mi vida es— No hay forma de cambiar lo que somos)
Leonardo:
Mientras más tiempo pases aquí, más difícil será adaptarte a donde
deberías estar.
(…Al lugar donde perteneces. El lugar al que necesito enviarte de
regreso--)
Leonardo: La
adoras. Es evidente en todo lo que haces. Estoy seguro de que estás consciente
de ello.
Escuché,
aunque sabía que no iba a gustarme lo que mi viejo amigo estuviera a punto de
decir.
Saint-Germain: Creo que
MC podría estar empezando a ver algo en ti también. Pero sólo estás
visualizando cómo acabará. Es demasiado fácil imaginarte sonriendo mientras le
das un amistoso empujón por esa puerta.
Leonardo: ¿Y es
esto terreno para criticarme, Comte? ¿Quién me la confió en primer lugar porque
sabía que “no me arrepentiría de decir adiós”?... ¿Qué sugieres que haga…?
Saint-Germain: No estoy
sugiriendo nada. No. De hecho, Leonardo, tengo una sugerencia.
Leonardo: …¿Qué?
Saint-Germain: Sugiero
que MC y tú continúen su farsa en palabra, pero nada más. Y si parece que se
está enamorando de ti, termina tu acuerdo con ella.
(…¿Apartarla,
quieres decir?)
Saint-Germain: Enamorarse
de ti romperá el corazón de MC… Y eso será finalmente lo que rompa el tuyo. No
es mi deseo ver a ninguno de los dos acabar de esa manera.
La razón en su “consejo” me afectó tanto porque sabía que era verdad.
Y me apartaría de ella… Quizás no hoy, pero pronto. Tenía que ser
pronto…
Porque estábamos de pie al borde de un precipicio.
Es por eso que le di el reloj, para decirle adiós. Para recordarle que
esto no funcionará.
(No me gusta la idea de usar un regalo para romper cosas, pero es lo
mejor… Es mejor para ella. Y es mejor para mí)
Leonardo:
Ahora, tienes algo para ayudarte a mantenerte al tanto de tu propio
tiempo. Hasta que finalmente seas capaz de irte, claro.
Emociones vacilaron en su rostro. Entonces, me sonrió suavemente.
MC: …Leonardo.
Gracias. Es realmente un regalo maravilloso. Seguiré usándolo. Incluso una vez
regrese a casa.
Leonardo:
Asegúrate de hacerlo.
(Ya. Va a ir a casa. Así es como debería ser. Yo quería esto—de verdad
lo quería… No duele… realmente)
Su hermoso rostro estaba solemne mientras bajaba la mirada a su reloj.
Mi adiós a ella.
Se sintió como si una gran porción de mi corazón se hubiera roto y
desprendido.
Solté su mano, aunque no disminuyó el dolor. Evocando una sonrisa,
dije, "¿Te interesa caminar a casa y disfrutar el atardecer, cara mia?"
MC: Eso
suena agradable.
Era un largo trayecto de regreso a la mansión de le Comte, pero
disfrutaba el tiempo para pensar. Y con MC aquí, no se sintió como tanto.
(El cielo es de un hermoso color. Simplemente perfecto para un cuadro.
El resplandor del brillo de la tierra—Huh. Usualmente, mi compagna estaría diciendo algo para este momento)
Se encontraba callada. Estaba a punto de preguntarle si pasaba algo
cuando—
MC: ¿Leonardo?
Leonardo:
¿Sí?
MC me miró con esa atenta mirada.
MC: ¿Será
que haya algo que te gustaría? ¿Algo que pudiera hacer para ti?
Leonardo:
¿Por qué preguntas?
MC: Me diste
un regalo tan bonito. Creo que es correcto corresponder a alguien que hace eso.
(¿Eso era en lo que estaba pensando? Me preguntaba por qué estaba tan
callada)
Una vez más, me sentí sorprendido y encantado sólo hablando con ella.
Mi corazón se acercó al de ella—y lo empujé lejos. Mi viejo amigo tenía razón.
APENAS acababa de decir romper esto—
Leonardo:
No estaba buscando que me lo recompensaras. Así que, simplemente vas a
tener que aprender a aceptar regalos.
MC: …Por
supuesto que estoy aceptándolo. Y conociéndote, no hay forma de convencerte de
algo distinto, ¿verdad?
(¿Por qué tratarías de convencerme de otra cosa? ¿Es tan importante
corresponderme? Eres tan adorable, mi--)
Sonreí levemente, para mantener mis sentimientos en el interior.
Leonardo:
No suenes tan triste por eso, cara
mia. Si realmente quieres darme algo—
Me detuve y me giré a encararla.
Leonardo:
…¿Qué tal darte a ti misma?
Me incliné cerca suyo, más cerca de lo que me atrevía—sólo por seguir
la broma.
(…Probablemente me golpeará por decir eso)
Entonces podremos reírnos de ello, sonreír… Pensándolo bien, ¿no era
ella la que decía que una sonrisa hace todo mejor--?
MC no se movió.
Cerró los ojos, aunque sus labios estaban entreabiertos. Su rostro
inclinado hacia el mío.
(¿MC…? Vamos… di algo… ¿Por qué luces como si quisieras esto?)
El anhelo en mi corazón creció insoportable a la vista de su dulce
rendición.
La gravedad me poseyó. Me incliné hasta que casi estaba rozando sus
labios, casi saboreándola—
Tic.
Tac. Tic. Tac.
(…¿Qué se suponía que hiciera? Estaría mal que yo te tocara)
Leonardo:
Je. Eres demasiado fácil de engañar. Voy a preocuparme por ti cuando
vayas a casa.
Aparté unos mechones de su cabello, acomodándolos. Una excusa para la
cercanía.
Ella abrió los ojos.
Leonardo:
…Estaba bromeando.
MC: ¿Podrías
guardarte las bromas para cuando no estemos teniendo una discusión seria?
Leonardo:
Scusa, mi culpa. Lo siento. No
frunzas el ceño.
Estábamos de regreso a como debíamos ser.
Eso estuvo cerca. Caminé más rápido, sólo para poner algo de distancia
entre nosotros.
(MC. Eres linda y divertida. En el corto tiempo que te he conocido, me
he divertido más de lo que me he divertido… en mi memoria… Pero te mereces algo
mejor)
Ella regresaría a su propio tiempo; se olvidaría de este lugar, como
la gente hace.
Ella encontraría el amor con alguien.
Ese alguien sería el correcto para ella. Le proveería compañía. Todo
lo que necesitaba.
(Y entonces será feliz. ¿Yo?... Estaré feliz sólo sabiendo que a ella
le va bien. Pero… si pudieras ser feliz conmigo… Yo…)
Viejo amigo, mis sentimientos han llegado mucho más allá de la
“adoración”. Por lo cual nunca podré decirle.
…Un
extracto del recientemente descubierto Codex de Saint-Germaine, “En las Muchas
Facetas del Deseo”.
~Traducción por Daisy Doe~
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