Leonardo - Capítulo 14
"…Y como cada vez que Leonardo me sostenía—me sentí atrapada en una dulce red de la que no quería irme nunca."
MC: Quiero
hacer mi pregunta.
Leonardo:
¿Por qué haces preguntas problemáticas? Mejor pídeme que te enseñe una
habilidad, como pintar… Además, siempre haces preguntas para las que ya sabes
las respuestas.
MC: No te he
escuchado decir la respuesta, y esa es la parte importante.
Leonardo:
De acuerdo.
Sostuve la mirada de Leonardo.
MC: Habías
planeado darme este regalo desde hace un tiempo. ¿Por qué motivo?
Cedió con un suspiro.
Leonardo:
No es una razón tan grande como piensas. Si tienes esto, pensé que no
necesitarías siempre estar revisando ese reloj de arena.
MC: ¿Es por
eso que me conseguiste un reloj?
Leonardo:
Sí. No deberías tener que ir todo ese camino al cuarto de le Comte
sólo para revisar la hora.
Leonardo levantó mi mano, sus ojos deteniéndose en el reloj. El tiempo
pasó entre nosotros.
Tic.
Tac. Tic. Tac.
Leonardo:
Este reloj te guiará de regreso a tu tiempo.
MC: ¿De
regreso a mi presente, quieres decir?
Leonardo:
…El resto de nosotros aquí, no vivimos en el mismo fluir del tiempo
que tú. Mientras más tiempo pases aquí, más difícil será adaptarte a donde
deberías estar.
(Supongo que no veo el tiempo de la forma que los otros residentes lo
ven. Porque son vampiros--)
Arthur: Mientras
estábamos muriendo, le Comte vino a nosotros individualmente con una oferta.
Aquellos que aceptaron despertaron aquí con nuevas vidas.
MC: ¿Nuevas
vidas como vampiros, quieres decir?
Arthur: Exactamente.
“Puedo garantizarte una probada de inmortalidad. A cambio, perderás tu
humanidad y te convertirás en un vampiro.” Esa era su condición.
(Todos excepto Sebastian y yo vivirán mucho más que un humano normal.
No sé cuánto tiempo, ya que no son verdaderamente inmortales, pero es el tiempo
suficiente, me imagino)
Había estado consciente de las diferencias entre humanos y vampiros,
pero las palabras de Leonardo habían hecho la división personal.
Y estaba opuesto a mí en esa división—separado por una vasta distancia
de tiempo.
Leonardo:
Ahora, tienes algo para ayudarte a mantenerte al tanto de tu propio
tiempo. Hasta que finalmente seas capaz de irte, claro.
Parte 2
Leonardo:
Hasta que finalmente seas capaz de irte, claro.
Sentí el impacto de sus palabras en mi corazón.
(…Esto se siente inusual. Quiero regresar. Y Leonardo lo sabe. De
hecho, me está ayudando a recordarlo. No sé por qué eso tendría que sentirse
tan agridulce justo ahora)
Estaba disfrutando la Francia del siglo XIX, pero no la amaba. No como
amaba mi hogar.
De hecho, si había algo que amaba, era—
MC: …Leonardo.
Gracias. Es realmente un regalo maravilloso. Seguiré usándolo. Incluso una vez
regrese a casa.
Leonardo:
Asegúrate de hacerlo.
Soltó mi mano. Aunque ya libre, mi mano sintió su ausencia.
Leonardo:
¿Te interesa caminar a casa y disfrutar el atardecer, cara mia?
MC: Eso suena
agradable.
Empezamos a caminar, el cálido resplandor de los inicios del atardecer
iluminando nuestro camino de regreso.
Aunque no era para nada pesado, sentí el peso del reloj con cada paso.
(Me ha dado un regalo realmente lindo. Y me llevó a pasear en el bote,
aparte. Leonardo ha sido tan considerado. ¿Hay algo que le gustaría a cambio?)
MC: ¿Leonardo?
Leonardo:
¿Sí?
MC: ¿Será
que haya algo que te gustaría? ¿Algo que pudiera hacer para ti?
Leonardo:
¿Por qué preguntas?
MC: Me diste
un regalo tan bonito. Creo que es correcto corresponder a alguien que hace eso.
Leonardo:
No estaba buscando que me lo recompensaras. Así que, simplemente vas a
tener que aprender a aceptar regalos.
MC: …Por
supuesto que estoy aceptándolo. Y conociéndote, no hay forma de convencerte de
algo distinto, ¿verdad?
Leonardo:
No suenes tan triste por eso, cara
mia. Si realmente quieres darme algo—
Leonardo se detuvo repentinamente.
Leonardo:
…¿Qué tal darte a ti misma?
(Un momento. ¿Me está pidiendo un beso?)
Estaba muy cerca. Había ese dulce aroma. Podía sentir su cálido
aliento en mis labios.
(¿Voy a moverme, o voy a dejar que esto ocurra? Porque noto que no me
estoy moviendo)
Y encima, cerré los ojos—
Leonardo:
Je. Eres demasiado fácil de engañar. Voy a preocuparme por ti cuando
vayas a casa.
Sentí su mano acariciar mi cabello.
Abriendo los ojos, fui recibida por una sonrisa torcida.
Leonardo:
…Estaba bromeando.
Parte 3
Leonardo estaba bromeando. Por supuesto que estaba bromeando. ¿Por qué
actué como si hubiera sido en serio--?
MC: ¿Podrías
guardarte las bromas para cuando no estemos teniendo una discusión seria?
Leonardo:
Scusa, mi culpa. Lo siento. No
frunzas el ceño.
Dio una risita y anduvo más rápido, posiblemente para evitar otro bien
merecido golpe mío.
Pero yo sólo me quedé ahí parada contemplándolo. Había una extraña
melancolía en mi corazón.
(No tiene caso preguntarle qué quiere. Pensaré en ello por mi cuenta…
¿Qué puedo hacer por Leonardo?)
No tuve que pensar mucho.
El destino tiró la respuesta sobre mi regazo—
Sebastian:
Ahí están ustedes dos.
Leonardo:
...Buenos días, Sebas. Ahora, haz esto rápido, para que pueda volver a
dormir…
(Es inusual para Sebastian llamarnos a los dos)
Más inusual era el hecho que estábamos en el cuarto de le Comte, pero
él no estaba ahí.
Sebastian:
M. le Comte está afuera atendiendo unos negocios el día de hoy. Sin
embargo, dejó un mensaje para ustedes. Habrá un baile de la alta sociedad en
unos días, y le gustaría que los dos fueran.
MC: ¿Un
baile de la alta sociedad? Eso suena—
Leonardo:
Suena a una ocasión para que la élite de París charle y pretenda que
no están tan fuera de contacto con el mundo.
MC: …Qué
descripción tan clara, Leonardo. Sebastian, ¿por qué le Comte querría que los
dos fuéramos a la fiesta?
Leonardo:
Probablemente quiere que todos sepan que ahora he encontrado una compagna seria.
Sebastian:
Así es. Ese es su deseo. Estos bailes de alta sociedad esparcen
rumores como no se imaginan. Si el Maestro Leonardo llegara contigo, MC, la
información de que ustedes están saliendo se sabría rápidamente.
(Eso es cierto. Le Comte quería parar la inundación de propuestas de
matrimonio para Leonardo. ¿Deben seguir llegando, entonces?)
Saint-Germain: ¿SÍ te
das cuenta de que tu negativa de considerar la idea del matrimonio es la razón
por la que estoy constantemente invadido de este afluente de propuestas? ¡Ni
siquiera tienes que casarte con ninguna de ellas! Sólo pretende cortejar a
alguna por un tiempo y las cartas se detendrán. Es así de simple.
Leonardo: Simple
no significa bueno. Ni aceptable.
Saint-Germain: Pago por
tus gastos, sabes.
Leonardo: …Y yo
pago por eso cada vez que me haces escuchar tus quejidos.
MC: Si los
dos vamos al baile juntos, ¿eso detendrá las propuestas de compromiso?
Leonardo:
Las acallará por un tiempo.
(Leonardo sí que parece odiar lidiar con esas cartas. Ahora finalmente
puedo recompensarle)
MC: ¡Vayamos
al baile, Leonardo!
Leonardo:
¿Hablas en serio?
Part 4
Esa noche, después del trabajo—
Rastree a Leonardo hasta el balcón. Lo que era perfecto. Había
suficiente espacio aquí.
(No sé nada del baile del siglo XIX, y eso no ayudará a dejar una
buena impresión en el baile. Si la élite parisina se da cuenta de que la compagna de Leonardo tiene dos pies
izquierdos, eso podría inspirar MÁS propuestas para él)
Afortunadamente, tenía al “Maestro de todo” a mi disposición. Podría
enseñarme a bailar.
(…Y en cualquier momento, me preguntará qué tanto sé. Mejor pregunto
primero—y me evito sus burlas)
MC: Leonardo,
tengo una petición. ¿Podrías enseñarme a bailar para la fiesta?
Leonardo:
…No.
MC: ¿Quién
fue el que dijo que debería pedirte que me enseñaras una habilidad? ¡Vamos,
enséñame!
Él sólo refunfuñó en respuesta.
Me pregunté si la renovada fila de propuestas era la causa de su mal
humor.
MC: Sé que
probablemente no adoras la idea de una elegante fiesta de educadas, estiradas
personas de sociedad. Pero no nos apunté para esta fiesta para torturarte.
Tenía una razón—
Leonardo:
No es eso.
MC: ¿Entonces
qué es?
Leonardo:
…No puedo.
MC: ¿No
puedes qué?
La voz de Leonardo colgó pesada en el silencio.
Leonardo:
No puedo… bailar.
(¿No puede bailar? Eso no puede ser)
MC: Tocas
instrumentos. ¡Incluso haces instrumentos! Debes saber cómo bailar. Si no has
ido a una fiesta por un tiempo, y no conoces bailes del siglo XIX—
Leonardo:
No, he estado en fiesta como éstas—fiestas para príncipes y otros de
su clase. Incluso he participado en ellas.
MC: ¿Has
tocado para príncipes?
(¡Leonardo PUEDE hacer de todo! ¿Excepto bailar?)
MC: Eres un
misterio, Leonardo.
Leonardo:
No hay ningún misterio aquí. Simplemente lo evité.
MC: ¿Evitar
bailar, quieres decir?
Leonardo:
…¿Puedes siquiera imaginarme bailando? No se vería bien. Bailar sólo
no es… algo que haría.
(Creo que sólo estaría avergonzado de hacerlo mal)
Ahora Leonardo estaba sonrojándose. Solté una risita.
Leonardo:
¿Por qué te ríes, cara mia?
MC: Porque
suenas a un niño pequeño.
Leonardo:
…No digas eso—
MC: Y
además, estoy contenta de haber descubierto esto.
Leonardo:
¿Te contenta que haya algo que no pueda hacer?
MC: Es más
como que estoy contenta de descubrir algo nuevo sobre ti.
Leonardo:
Yo no estoy contento de que lo hayas descubierto.
Leonardo sacudió la cabeza, deliciosamente confundido. Eso me hizo
sonreír, de nuevo.
Pero si le dijera qué tan adorable se veía justo ahora, podría simplemente
irse.
No quería eso. Extendí mi mano.
MC: Dame tu
mano.
Leonardo:
¿Por qué?
Parte 5
MC: Aprenderemos
a bailar juntos. Soy tan principiante como tú. Si los dos cometemos los mismos
errores de principiante, no será tan vergonzoso, ¿o sí?
Leonardo contempló mi mano, juntando las cejas.
Leonardo:
De verdad tienes un buen corazón.
MC: Esa no
es tu manera de decir “no”, ¿verdad?
Leonardo:
No—
MC: ¡Whoa!
Olvidando mi mano, Leonardo deslizó su brazo alrededor de mi cintura y
me jaló cerca suyo.
Leonardo:
Es mi manera de decir “sí”.
Le sonreí de vuelta.
Nuestros brazos asegurados uno alrededor del otro, comenzamos a bailar
en ese balcón iluminado por las estrellas, a una música que nadie podía
escuchar…
Leonardo:
…Los dos somos bastante malos en estos.
MC: No puedo
negar eso. Pero me estoy divirtiendo al menos.
Leonardo:
Disfrutar es el modo más rápido de aprender.
Miré hacia arriba, buscando los ojos de mi compañero. Su vista estaba
atenta en nuestros pies. Concentrada.
(Leonardo es un maestro de tantas cosas. Nunca pensé que llegaría a
aprender algo junto con él. Y he aprendido mucho sobre él, también)
Ese pequeño pensamiento me hizo feliz.
(Si Leonardo se enamorara realmente, ¿cómo trataría a esa persona? ¿La
trataría mejor que a su compagna
provvisoria?... ¿Cuán más gentil podría llegar a ser esa gentil sonrisa? Su
voz ya es grave y dulce. ¿Sonaría incluso aún más dulce? ¿La molestaría, como
me molesta a mí? A veces incluso creo que está enamorado de--)
Sus ojos aterrizaron en mí.
Leonardo:
No has dicho nada desde hace un rato.
MC: ¿Yo?
Sólo estaba—¡ah!
Sus pies se movieron a un lado. Los míos se movieron al otro. Nos
balanceamos por un momento, para ver quién prevalecería—tristemente, los dos
perdimos.
Él cayó hacia atrás. Yo caí hacia adelante junto con él.
(¡De verdad somos terribles!)
Leonardo:
…¿Te encuentras bien?
MC: Sí,
gracias—
[BGM 2
aquí]
Bajé la mirada hacia Leonardo.
Se encontraba tan cerca de mí ahora. Imposiblemente cerca.
Sus brazos me rodeaban—me atrapó mientras caíamos, ni siquiera tratando
de protegerse a él mismo.
Aquí estábamos, repentinamente en los brazos uno del otro. Muy
parecido a la noche en la que nos conocimos.
…Y como cada vez que Leonardo me sostenía—me sentí atrapada en una
dulce red de la que no quería irme nunca.
(Porque no quiero irme)
Lo correcto era soltarse. Separarse. Ponerse de pie. Regresar a
bailar. Y aun así, no podía.
Leonardo liberó un brazo para acunar mi mejilla.
Leonardo:
¿Cara mia--?
~Fin del capítulo 14~
~Traducción por Daisy Doe~
No comments:
Post a Comment