Monday, December 30, 2019

Ikemen Vampire - Leonardo - Capítulo 14 [Traducción al español]

Leonardo - Capítulo 14

"…Y como cada vez que Leonardo me sostenía—me sentí atrapada en una dulce red de la que no quería irme nunca."

Parte 1
MC: Quiero hacer mi pregunta.
Leonardo: ¿Por qué haces preguntas problemáticas? Mejor pídeme que te enseñe una habilidad, como pintar… Además, siempre haces preguntas para las que ya sabes las respuestas.
MC: No te he escuchado decir la respuesta, y esa es la parte importante.
Leonardo: De acuerdo.

Sostuve la mirada de Leonardo.

MC: Habías planeado darme este regalo desde hace un tiempo. ¿Por qué motivo?

Cedió con un suspiro.

Leonardo: No es una razón tan grande como piensas. Si tienes esto, pensé que no necesitarías siempre estar revisando ese reloj de arena.
MC: ¿Es por eso que me conseguiste un reloj?
Leonardo: Sí. No deberías tener que ir todo ese camino al cuarto de le Comte sólo para revisar la hora.

Leonardo levantó mi mano, sus ojos deteniéndose en el reloj. El tiempo pasó entre nosotros.
Tic. Tac. Tic. Tac.

Leonardo: Este reloj te guiará de regreso a tu tiempo.
MC: ¿De regreso a mi presente, quieres decir?
Leonardo: …El resto de nosotros aquí, no vivimos en el mismo fluir del tiempo que tú. Mientras más tiempo pases aquí, más difícil será adaptarte a donde deberías estar.

(Supongo que no veo el tiempo de la forma que los otros residentes lo ven. Porque son vampiros--)

Arthur: Mientras estábamos muriendo, le Comte vino a nosotros individualmente con una oferta. Aquellos que aceptaron despertaron aquí con nuevas vidas.
MC: ¿Nuevas vidas como vampiros, quieres decir?
Arthur: Exactamente. “Puedo garantizarte una probada de inmortalidad. A cambio, perderás tu humanidad y te convertirás en un vampiro.” Esa era su condición.

(Todos excepto Sebastian y yo vivirán mucho más que un humano normal. No sé cuánto tiempo, ya que no son verdaderamente inmortales, pero es el tiempo suficiente, me imagino)

Había estado consciente de las diferencias entre humanos y vampiros, pero las palabras de Leonardo habían hecho la división personal.
Y estaba opuesto a mí en esa división—separado por una vasta distancia de tiempo.

Leonardo: Ahora, tienes algo para ayudarte a mantenerte al tanto de tu propio tiempo. Hasta que finalmente seas capaz de irte, claro.

Parte 2
Leonardo: Hasta que finalmente seas capaz de irte, claro.
Sentí el impacto de sus palabras en mi corazón.

(…Esto se siente inusual. Quiero regresar. Y Leonardo lo sabe. De hecho, me está ayudando a recordarlo. No sé por qué eso tendría que sentirse tan agridulce justo ahora)

Estaba disfrutando la Francia del siglo XIX, pero no la amaba. No como amaba mi hogar.
De hecho, si había algo que amaba, era—

MC: …Leonardo. Gracias. Es realmente un regalo maravilloso. Seguiré usándolo. Incluso una vez regrese a casa.
Leonardo: Asegúrate de hacerlo.

Soltó mi mano. Aunque ya libre, mi mano sintió su ausencia.

Leonardo: ¿Te interesa caminar a casa y disfrutar el atardecer, cara mia?
MC: Eso suena agradable.

Empezamos a caminar, el cálido resplandor de los inicios del atardecer iluminando nuestro camino de regreso.
Aunque no era para nada pesado, sentí el peso del reloj con cada paso.

(Me ha dado un regalo realmente lindo. Y me llevó a pasear en el bote, aparte. Leonardo ha sido tan considerado. ¿Hay algo que le gustaría a cambio?)

MC: ¿Leonardo?
Leonardo: ¿Sí?
MC: ¿Será que haya algo que te gustaría? ¿Algo que pudiera hacer para ti?
Leonardo: ¿Por qué preguntas?
MC: Me diste un regalo tan bonito. Creo que es correcto corresponder a alguien que hace eso.
Leonardo: No estaba buscando que me lo recompensaras. Así que, simplemente vas a tener que aprender a aceptar regalos.
MC: …Por supuesto que estoy aceptándolo. Y conociéndote, no hay forma de convencerte de algo distinto, ¿verdad?
Leonardo: No suenes tan triste por eso, cara mia. Si realmente quieres darme algo—

Leonardo se detuvo repentinamente.

Leonardo: …¿Qué tal darte a ti misma?

(Un momento. ¿Me está pidiendo un beso?)

Estaba muy cerca. Había ese dulce aroma. Podía sentir su cálido aliento en mis labios.

(¿Voy a moverme, o voy a dejar que esto ocurra? Porque noto que no me estoy moviendo)

Y encima, cerré los ojos—

Leonardo: Je. Eres demasiado fácil de engañar. Voy a preocuparme por ti cuando vayas a casa.

Sentí su mano acariciar mi cabello.
Abriendo los ojos, fui recibida por una sonrisa torcida.

Leonardo: …Estaba bromeando.

Parte 3
Leonardo estaba bromeando. Por supuesto que estaba bromeando. ¿Por qué actué como si hubiera sido en serio--?

MC: ¿Podrías guardarte las bromas para cuando no estemos teniendo una discusión seria?
Leonardo: Scusa, mi culpa. Lo siento. No frunzas el ceño.

Dio una risita y anduvo más rápido, posiblemente para evitar otro bien merecido golpe mío.
Pero yo sólo me quedé ahí parada contemplándolo. Había una extraña melancolía en mi corazón.

(No tiene caso preguntarle qué quiere. Pensaré en ello por mi cuenta… ¿Qué puedo hacer por Leonardo?)

No tuve que pensar mucho.
El destino tiró la respuesta sobre mi regazo—

Sebastian: Ahí están ustedes dos.
Leonardo: ...Buenos días, Sebas. Ahora, haz esto rápido, para que pueda volver a dormir…

(Es inusual para Sebastian llamarnos a los dos)

Más inusual era el hecho que estábamos en el cuarto de le Comte, pero él no estaba ahí.

Sebastian: M. le Comte está afuera atendiendo unos negocios el día de hoy. Sin embargo, dejó un mensaje para ustedes. Habrá un baile de la alta sociedad en unos días, y le gustaría que los dos fueran.
MC: ¿Un baile de la alta sociedad? Eso suena—
Leonardo: Suena a una ocasión para que la élite de París charle y pretenda que no están tan fuera de contacto con el mundo.
MC: …Qué descripción tan clara, Leonardo. Sebastian, ¿por qué le Comte querría que los dos fuéramos a la fiesta?
Leonardo: Probablemente quiere que todos sepan que ahora he encontrado una compagna seria.
Sebastian: Así es. Ese es su deseo. Estos bailes de alta sociedad esparcen rumores como no se imaginan. Si el Maestro Leonardo llegara contigo, MC, la información de que ustedes están saliendo se sabría rápidamente.

(Eso es cierto. Le Comte quería parar la inundación de propuestas de matrimonio para Leonardo. ¿Deben seguir llegando, entonces?)

Saint-Germain: ¿SÍ te das cuenta de que tu negativa de considerar la idea del matrimonio es la razón por la que estoy constantemente invadido de este afluente de propuestas? ¡Ni siquiera tienes que casarte con ninguna de ellas! Sólo pretende cortejar a alguna por un tiempo y las cartas se detendrán. Es así de simple.
Leonardo: Simple no significa bueno. Ni aceptable.
Saint-Germain: Pago por tus gastos, sabes.
Leonardo: …Y yo pago por eso cada vez que me haces escuchar tus quejidos.

MC: Si los dos vamos al baile juntos, ¿eso detendrá las propuestas de compromiso?
Leonardo: Las acallará por un tiempo.

(Leonardo sí que parece odiar lidiar con esas cartas. Ahora finalmente puedo recompensarle)

MC: ¡Vayamos al baile, Leonardo!
Leonardo: ¿Hablas en serio?

Part 4
Esa noche, después del trabajo—
Rastree a Leonardo hasta el balcón. Lo que era perfecto. Había suficiente espacio aquí.

(No sé nada del baile del siglo XIX, y eso no ayudará a dejar una buena impresión en el baile. Si la élite parisina se da cuenta de que la compagna de Leonardo tiene dos pies izquierdos, eso podría inspirar MÁS propuestas para él)

Afortunadamente, tenía al “Maestro de todo” a mi disposición. Podría enseñarme a bailar.

(…Y en cualquier momento, me preguntará qué tanto sé. Mejor pregunto primero—y me evito sus burlas)

MC: Leonardo, tengo una petición. ¿Podrías enseñarme a bailar para la fiesta?
Leonardo: …No.
MC: ¿Quién fue el que dijo que debería pedirte que me enseñaras una habilidad? ¡Vamos, enséñame!

Él sólo refunfuñó en respuesta.
Me pregunté si la renovada fila de propuestas era la causa de su mal humor.

MC: Sé que probablemente no adoras la idea de una elegante fiesta de educadas, estiradas personas de sociedad. Pero no nos apunté para esta fiesta para torturarte. Tenía una razón—
Leonardo: No es eso.
MC: ¿Entonces qué es?
Leonardo: …No puedo.
MC: ¿No puedes qué?

La voz de Leonardo colgó pesada en el silencio.

Leonardo: No puedo… bailar.

(¿No puede bailar? Eso no puede ser)

MC: Tocas instrumentos. ¡Incluso haces instrumentos! Debes saber cómo bailar. Si no has ido a una fiesta por un tiempo, y no conoces bailes del siglo XIX—
Leonardo: No, he estado en fiesta como éstas—fiestas para príncipes y otros de su clase. Incluso he participado en ellas.
MC: ¿Has tocado para príncipes?

(¡Leonardo PUEDE hacer de todo! ¿Excepto bailar?)

MC: Eres un misterio, Leonardo.
Leonardo: No hay ningún misterio aquí. Simplemente lo evité.
MC: ¿Evitar bailar, quieres decir?
Leonardo: …¿Puedes siquiera imaginarme bailando? No se vería bien. Bailar sólo no es… algo que haría.

(Creo que sólo estaría avergonzado de hacerlo mal)

Ahora Leonardo estaba sonrojándose. Solté una risita.

Leonardo: ¿Por qué te ríes, cara mia?
MC: Porque suenas a un niño pequeño.
Leonardo: …No digas eso—
MC: Y además, estoy contenta de haber descubierto esto.
Leonardo: ¿Te contenta que haya algo que no pueda hacer?
MC: Es más como que estoy contenta de descubrir algo nuevo sobre ti.
Leonardo: Yo no estoy contento de que lo hayas descubierto.

Leonardo sacudió la cabeza, deliciosamente confundido. Eso me hizo sonreír, de nuevo.
Pero si le dijera qué tan adorable se veía justo ahora, podría simplemente irse.
No quería eso. Extendí mi mano.

MC: Dame tu mano.
Leonardo: ¿Por qué?

Parte 5
MC: Aprenderemos a bailar juntos. Soy tan principiante como tú. Si los dos cometemos los mismos errores de principiante, no será tan vergonzoso, ¿o sí?

Leonardo contempló mi mano, juntando las cejas.

Leonardo: De verdad tienes un buen corazón.
MC: Esa no es tu manera de decir “no”, ¿verdad?
Leonardo: No—
MC: ¡Whoa!

Olvidando mi mano, Leonardo deslizó su brazo alrededor de mi cintura y me jaló cerca suyo.

Leonardo: Es mi manera de decir “sí”.

Le sonreí de vuelta.
Nuestros brazos asegurados uno alrededor del otro, comenzamos a bailar en ese balcón iluminado por las estrellas, a una música que nadie podía escuchar…

Leonardo: …Los dos somos bastante malos en estos.
MC: No puedo negar eso. Pero me estoy divirtiendo al menos.
Leonardo: Disfrutar es el modo más rápido de aprender.

Miré hacia arriba, buscando los ojos de mi compañero. Su vista estaba atenta en nuestros pies. Concentrada.

(Leonardo es un maestro de tantas cosas. Nunca pensé que llegaría a aprender algo junto con él. Y he aprendido mucho sobre él, también)

Ese pequeño pensamiento me hizo feliz.

(Si Leonardo se enamorara realmente, ¿cómo trataría a esa persona? ¿La trataría mejor que a su compagna provvisoria?... ¿Cuán más gentil podría llegar a ser esa gentil sonrisa? Su voz ya es grave y dulce. ¿Sonaría incluso aún más dulce? ¿La molestaría, como me molesta a mí? A veces incluso creo que está enamorado de--)

Sus ojos aterrizaron en mí.

Leonardo: No has dicho nada desde hace un rato.
MC: ¿Yo? Sólo estaba—¡ah!

Sus pies se movieron a un lado. Los míos se movieron al otro. Nos balanceamos por un momento, para ver quién prevalecería—tristemente, los dos perdimos.
Él cayó hacia atrás. Yo caí hacia adelante junto con él.

(¡De verdad somos terribles!)

Leonardo: …¿Te encuentras bien?
MC: Sí, gracias—

[BGM 2 aquí]

Bajé la mirada hacia Leonardo.
Se encontraba tan cerca de mí ahora. Imposiblemente cerca.
Sus brazos me rodeaban—me atrapó mientras caíamos, ni siquiera tratando de protegerse a él mismo.
Aquí estábamos, repentinamente en los brazos uno del otro. Muy parecido a la noche en la que nos conocimos.
…Y como cada vez que Leonardo me sostenía—me sentí atrapada en una dulce red de la que no quería irme nunca.

(Porque no quiero irme)

Lo correcto era soltarse. Separarse. Ponerse de pie. Regresar a bailar. Y aun así, no podía.
Leonardo liberó un brazo para acunar mi mejilla.

Leonardo: ¿Cara mia--?

~Fin del capítulo 14~

~Traducción por Daisy Doe~

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