Thursday, December 26, 2019

Ikemen Sengoku - Nobunaga - Capítulo 9 [1-5] [Traducción al español]

Nobunaga - Capítulo 9 [1-5]

"¿Por qué no puede entender? Alcanzó mi corazón. ¿Por qué no puedo alcanzar el suyo?"

Parte 1
MC: Es un secreto.
Nobunaga: ¿Un secreto?

No estaba segura de que estuviera listo para escuchar la verdadera razón por la que me estaba quedando con él.

MC: Y voy a quedarme.

(Pasar tiempo con la persona que amo es un beneficio bastante grande para mí)

Le dediqué otra sonrisa, dándole la palabra.
Pero Nobunaga no habló. Su expresión se tornó más tensa.
Agarró mi muñeca, reclinándome gentilmente contra el pasto antes de caer conmigo.

MC: ¿Nobunaga?

Esa expresión atormentada estaba tan cerca.

Nobunaga: ¿De verdad, qué eres?

(¿Soy la mujer que te ama?)

Nobunaga: ¿Cuál es este secreto? ¿Por qué estás mirándome de esa forma?
MC: No es nada de lo que debas temer.
Nobunaga: Cada cosa que haces, me hace—

Estábamos tan cerca, el calor de nuestros cuerpos combinado, entrelazado como nuestras extremidades.

MC: ¿Te hace qué? Dime.

Alcé la mirada a Nobunaga, necesitando escuchar esto.
Parecía dividido, incapaz de hablar.
Nobunaga dio un suspiro exasperado.

Nobunaga: Eres una mujer. ¿No deberías saberlo? Te podría tomar aquí mismo.

(De hecho, si lo pidieras amablemente, sí. El pasto no está tan mal)

Nobunaga: ¿Dónde están tus palabras enérgicas? ¿Qué pasó con lanzarte contra mí por tratar de tomar un solo trago de tus labios?
MC: ¡Eso fue la segunda noche desde que nos conocimos! No te conocía entonces. Sólo pensé que eras un bruto.
Nobunaga: ¿Y estás diciendo que soy diferente ahora?
MC: Te veo de manera diferente. He llegado a conocerte.
Nobunaga: ¿Conseguiste lo que querías?
MC: No conseguí lo que esperaba.

(Nunca hubiera esperado enamorarme tanto de ti)

Mis sentimientos aumentando dentro de mi pecho, miré los ojos de Nobunaga.
Sus mejillas estaban coloradas, ya fuera por el fuego o por emoción.
Nuestros cuerpos presionados juntos en la suave hierba de la noche, nos miramos mutuamente a los ojos.
Podía oler la hierba, sentir el calor del fuego calentándome. Pero Nobunaga llenaba mis sentidos más que ninguna otra cosa.

MC: Tu turno. ¿Por qué me miras de esa forma?

Permaneció en silencio. Continué, esperando sacarle una respuesta.

MC: Solías reír y molestarme. Nada que dijera te molestaba.

(Quiero saber. ¿Sientes lo que siento?)

Los latidos de mi corazón se aceleraron con esperanza. Pero—
Nobunaga desvió la mirada.
Se desenredó de mí, se colocó sobre una rodilla y se enderezó lentamente.

(No te vayas. Háblame)

Nobunaga: No sé de qué estás hablando.
MC: Olvídalo entonces.

Me enderecé también, acomodando mi kimono.

(Quizás estoy equivocada. ¿Pero por qué otro motivo estaría actuando de esta manera?)

Me voltee hacia el fuego y abracé mis rodillas, al momento extrañando la calidez de Nobunaga.

Nobunaga: ¿Cuándo regresarás a tu tiempo?
MC: ¿Por qué estás preguntando eso ahora?
Nobunaga: Me dijiste antes, que regresarías cuando las circunstancias fueran correctas.

Parte 2
(Ha pasado un tiempo desde que hablamos de eso)
MC: Sí, lo haré. Otro agujero de gusano va a abrirse en tres meses. No estoy segura, pero creo que va a ser en Kyoto, donde llegué.
Nobunaga: Si deseas irte e ir a Kyoto en tres meses, debes hacer una apuesta conmigo. Si puedes vencerme en un solo juego, veré personalmente que llegues a Kyoto a tiempo para el agujero de gusano.
MC: ¿Y si no gano un solo juego?
Nobunaga: Cada vez que pierdas un juego, reclamaré una parte de tu cuerpo como de mi propiedad. Te tendré voluntariamente a mi merced, pieza a pieza, hasta que te haya conquistado por completo.
MC: Si así es como va a ser, entonces no tomaré tu apuesta.
Nobunaga: Si no estás de acuerdo, no regresarás en tres meses. Te encerraré en lo profundo de las mazmorras de Azuchi y te mantendré ahí.
(El tiempo pasó muy rápido)

Conté en mi cabeza los días que quedaban, descontenta con el número que obtuve.

MC: Me queda un poco menos de mes y medio.
Nobunaga: Ya veo.

(Al comienzo estaba de acuerdo en usarlo, justo como él me estaba usando a mí, hasta que pudiera ganar mi regreso al presente. ¿Es eso lo que está molestándole? ¿Que tendré que irme pronto?)

Mi corazón estaba rogándome no dejar a Nobunaga.
Me tragué mis emociones y forcé una sonrisa.

MC: Sabes, necesitamos trabajar en otro juego de Go. ¡Aún tengo que vencerte!
Nobunaga: No, no tienes que hacerlo. Acabé con eso.
MC: ¿A qué te refieres, con que acabaste con eso?
Nobunaga: Quiero decir exactamente eso. La apuesta se terminó. Ya me cansé de eso.

(¿Se cansó?)

Nobunaga miró hacia el fuego con ojos ausentes.

(Okay, ¡algo realmente le ha pasado!)

MC: Ven aquí. No te estás sintiendo bien, ¿verdad?
Nobunaga: ¿Qué?
MC: Amas molestar a la gente. No hay forma de que el Nobunaga Oda que conozco dijera eso.

(Esta tarde estaba extrañamente callado)

MC: Discúlpame. Vas a pensar que esto es algo extraño.

Extendí una mano y la coloqué sobre su frente.

Nobunaga: ¡¿?!

Parte 3
(Okay, no tiene fiebre)

Nobunaga: ¿Qué estás haciendo?
MC: Estoy revisando tu temperatura.
Nobunaga: ¿Por qué?
MC: ¿Por qué? Porque estoy preocupada de que pudieras estar enfermo. Eso, o has sido reemplazado por un impostor cuando no estaba mirando.
Nobunaga: ¿Un impostor? De verdad estás más allá de mi capacidad de comprensión.
MC: ¿De verdad lo estoy?
Nobunaga: No.

El calor se enfrió en sus ojos.

Nobunaga: Tú sorprendiéndome no es nada nuevo. Pero esta vez—Te empujé contra el suelo, y te tuve a mi merced, y aun así, ¿estabas preocupada por mí?

Mirándome fríamente, rio.

MC: ¿Qué es tan divertido?
Nobunaga: Una mujer que se preocupa por mí y no busca sacar provecho de ello. Pensé que no podías ser más ingenua.

(¡Argh! ¡Es como un paso adelante, y mil insultantes pasos atrás!)

MC: ¿No se le permite a la gente preocuparse por ti? ¡Quizá debería enviarle un memorándum a Hideyoshi!
Nobunaga: No veo porqué TÚ te preocupas por mí.
MC: ¿Quieres que pase por la lista? Salvaste mi vida, ¿qué? ¿Cuatro veces ya? ¡Estaban las flechas, el asesino, el veneno! ¡Sí, Ieyasu me contó eso! ¡Incluso Kennyo sabía! Y anoche. ¡Corriste a salvarme, otra vez!
Nobunaga: Eso era… diferente. No tenía la intención de salvarte. Actué sin pensar.
MC: Oh, ¿dónde he escuchado eso antes? ¡Oh sí, era yo!

No era frustración o enojo lo que me movía a hablar, era desesperación.

MC: Sabes, Nobunaga, esto podrá sorprenderte, pero estoy feliz cuando estás feliz. Y cuando estás triste, yo estoy triste. Así que lo que estoy diciendo es-- ¡Es mi elección si quiero estar preocupada por ti!

Lo escuché tomar aliento, pero no dijo nada.
Mantuve los ojos fijos en él, rogándole que entendiera.
Pero no hablé tampoco, temerosa de que todo saliera mal.

(Nadie necesita una razón para que alguien le importe. ¡A quién le importa un comino si se benefician de ello o no!)
No importa cuánto lo intentara, no parecía poder superar quinientos años de diferencia cultural.

(Te amo. Y desearía que pudieras entender lo que esas palabras significan)

Nobunaga: MC, yo— No te entiendo.

(…Ugh)

MC: Bien. Ya tuve suficiente.

Me giré y me fui, mis pies llevándome a correr.

Nobunaga: ¡MC!

Cerré los ojos con fuerza e ignoré la voz llamándome, para no tener que llorar.

(Estamos tan cerca, pero tan lejos. ¿Por qué es tan difícil decirle?)

Una gota de agua rodó por mi mejilla. La aparté.

(¿Por qué no puede entender? Alcanzó mi corazón. ¿Por qué no puedo alcanzar el suyo?)

Parte 4
Mientras MC huía, Nobunaga saltó poniéndose de pie.

Nobunaga: ¡MC!

Estiró el brazo hacia ella, pero su mano sostuvo la nada, sólo aire vacío.
Congelado, miró cómo desaparecía en la distancia.
Nobunaga suspiró.

Nobunaga: Soy un tonto. Tengo estos sentimientos imposibles por ella.

Nobunaga: No tenía la intención de salvarte. Actué sin pensar.
MC: Oh, ¿dónde he escuchado eso antes? ¡Oh sí, era yo!

Nobunaga: Está equivocada. No es nada como cuando me salvó del fuego. Lo que siento por ella es—

Nobunaga sólo permaneció ahí de pie, solo en la oscuridad y el silencio.


(¿La noche antes de la batalla MÁS lo que Nobunaga dijo la noche anterior? Sí, no conseguí ni un parpadeo de sueño)

Me tallé los cansados ojos y salí de mi tienda.
Era otro claro, perfecto día—demasiado brillante para mi humor actual.

(¿Qué voy a hacer sobre Nobunaga hoy? No quiero estar lejos de él, pero no tengo idea de cómo enfrentarlo)

Hideyoshi: MC. Hola.
MC: ¿Hideyoshi? Buenos días.

Hideyoshi guió un caballo hacia mí mientras estaba empacando mis pertenencias.

Hideyoshi: Así que, irás conmigo el día de hoy.
MC: Um, ¿qué?
Hideyoshi: Órdenes directas de Lord Nobunaga. Te confió conmigo. Y la confió a ella contigo. Te está dando este caballo. Espera que cabalgues y nos sigas tú misma.
MC: ¿Y esas fueron sus únicas órdenes?
Hideyoshi: Sí.

(Eso resuelve mi problema de cómo enfrentarlo. ¡Y me da uno nuevo! ¡Ahora me está evitando!)

La indignación creció en mi interior. Lancé malas miradas al pasto.

MC: ¡Ese imbécil!
Hideyoshi: ¿MC?
MC: Me ha manipulado, molestado, casi rompe mi corazón, ¿y ahora sólo va a botarme?
Hideyoshi: Estoy bastante seguro de que Lord Nobunaga no te ha botado.
MC: ¿Por qué no?

Hideyoshi dio unas palmaditas en mi hombro.

Hideyoshi: ¿Ya sabes cómo nunca se retracta de una orden? Pues lo hizo, encargándote conmigo. ¿No crees que hay una buena razón para eso? ¿Como que quizá quiere que estés a salvo? No creo que hayas dejado de importarle.

(Si sólo tuviera tu infinita confianza en él)

Parte 5
Hideyoshi: Y de cualquier forma, deberías estar feliz. Te ha dado este caballo. Es un honor.
MC: Bueno, es bonita.

(Espero que Hideyoshi tenga razón. De cualquier modo, no puedo detenerme aquí y robar tiempo)

Alcé la mirada a mi nuevo caballo, Cheruit.

MC: Supongo que intentaré montarla.
Hideyoshi: Ese es el espíritu.
MC: Ha pasado como un mes desde la última vez que tomé las riendas.
Hideyoshi: No te preocupes. Me fue ordenado protegerte. Eso incluye de accidentes a caballo. 

Practícalo. Lo necesitarás muy pronto. Pero si te sientes nerviosa, siempre puedes cabalgar conmigo. ¿Lo ves? No hay de qué preocuparse.

(Hideyoshi es el exacto opuesto de Nobunaga)

MC: Eres tan amable, Hideyoshi. ¿Es ese el secreto de tu popularidad con las mujeres?
Hideyoshi: Probablemente.
MC: ¡Y tan modesto!

Solté una risita. Hideyoshi me dio unas palmadas en la cabeza.

Hideyoshi: Eso. Así está mejor.
MC: Déjame adivinar, ¿estabas tratando de animarme?
Hideyoshi: Claro que lo estaba. Esa sonrisa te queda bien.
MC: Gracias por ayudarme a recuperarla.
Hideyoshi: Cuando quieras.

Riendo, finalmente fui capaz de olvidar mis preocupaciones.

(Hideyoshi tiene razón. Es evidente que Nobunaga tiene mucho en su mente últimamente. Quizá le echaré una mano. Le diré directamente que quiero estar con él. Y no quedaré frustrada si no corresponde mis sentimientos. Sólo quiero asegurarme de que los escuche)

Justo cuando acababa de tomar mi decisión—

Vasallo: ¡Lord Hideyoshi! ¡Tenemos un reporte!
Hideyoshi: ¿Qué ocurre?

Uno de los vasallos corrió y se arrodilló, luciendo preocupado.

Vasallo: Un ejército ha sido visto dirigiéndose hacia aquí.
Hideyoshi: ¿El ejército de quién? ¿Qué tan grande?

(¿Quién vendría a atacarnos? ¡Se suponía que fuéramos los agresores aquí!)

Vasallo: Tienen el doble de nuestro número. Y cargan un estandarte azul. Seguramente son—
Hideyoshi: ¿Las fuerzas de Kenshin?

(¿Kenshin Uesugi se dirige a atacarnos, a NOSOTROS?)

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