Nobunaga - Capítulo 9 [1-5]
"¿Por qué no puede entender? Alcanzó mi corazón. ¿Por qué no puedo alcanzar el suyo?"
MC: Es un
secreto.
Nobunaga: ¿Un
secreto?
No estaba segura de que estuviera listo para escuchar la
verdadera razón por la que me estaba quedando con él.
MC: Y voy a
quedarme.
(Pasar tiempo con la persona que amo es un beneficio
bastante grande para mí)
Le dediqué otra sonrisa, dándole la palabra.
Pero Nobunaga no habló. Su expresión se tornó más tensa.
Agarró mi muñeca, reclinándome gentilmente contra el pasto
antes de caer conmigo.
MC: ¿Nobunaga?
Esa expresión atormentada estaba tan cerca.
Nobunaga: ¿De
verdad, qué eres?
(¿Soy la mujer que te ama?)
Nobunaga: ¿Cuál
es este secreto? ¿Por qué estás mirándome de esa forma?
MC: No es nada de
lo que debas temer.
Nobunaga: Cada
cosa que haces, me hace—
Estábamos tan cerca, el calor de nuestros cuerpos combinado,
entrelazado como nuestras extremidades.
MC: ¿Te hace qué?
Dime.
Alcé la mirada a Nobunaga, necesitando escuchar esto.
Parecía dividido, incapaz de hablar.
Nobunaga dio un suspiro exasperado.
Nobunaga: Eres
una mujer. ¿No deberías saberlo? Te podría tomar aquí mismo.
(De hecho, si lo pidieras amablemente, sí. El pasto no está
tan mal)
Nobunaga: ¿Dónde
están tus palabras enérgicas? ¿Qué pasó con lanzarte contra mí por tratar de
tomar un solo trago de tus labios?
MC: ¡Eso fue la
segunda noche desde que nos conocimos! No te conocía entonces. Sólo pensé que
eras un bruto.
Nobunaga: ¿Y
estás diciendo que soy diferente ahora?
MC: Te veo de
manera diferente. He llegado a conocerte.
Nobunaga: ¿Conseguiste
lo que querías?
MC: No conseguí
lo que esperaba.
(Nunca hubiera esperado enamorarme tanto de ti)
Mis sentimientos aumentando dentro de mi pecho, miré los
ojos de Nobunaga.
Sus mejillas estaban coloradas, ya fuera por el fuego o por emoción.
Nuestros cuerpos presionados juntos en la suave hierba de la
noche, nos miramos mutuamente a los ojos.
Podía oler la hierba, sentir el calor del fuego
calentándome. Pero Nobunaga llenaba mis sentidos más que ninguna otra cosa.
MC: Tu turno.
¿Por qué me miras de esa forma?
Permaneció en silencio. Continué, esperando sacarle una
respuesta.
MC: Solías reír y
molestarme. Nada que dijera te molestaba.
(Quiero saber. ¿Sientes lo que siento?)
Los latidos de mi corazón se aceleraron con esperanza. Pero—
Nobunaga desvió la mirada.
Se desenredó de mí, se colocó sobre una rodilla y se
enderezó lentamente.
(No te vayas. Háblame)
Nobunaga: No sé
de qué estás hablando.
MC: Olvídalo
entonces.
Me enderecé también, acomodando mi kimono.
(Quizás estoy equivocada. ¿Pero por qué otro motivo estaría
actuando de esta manera?)
Me voltee hacia el fuego y abracé mis rodillas, al momento
extrañando la calidez de Nobunaga.
Nobunaga: ¿Cuándo
regresarás a tu tiempo?
MC: ¿Por qué
estás preguntando eso ahora?
Nobunaga: Me
dijiste antes, que regresarías cuando las circunstancias fueran correctas.
Parte 2
(Ha pasado un tiempo desde que hablamos de eso)
…
MC: Sí, lo haré. Otro
agujero de gusano va a abrirse en tres meses. No estoy segura, pero creo que va
a ser en Kyoto, donde llegué.
Nobunaga: Si deseas irte
e ir a Kyoto en tres meses, debes hacer una apuesta conmigo. Si puedes vencerme
en un solo juego, veré personalmente que llegues a Kyoto a tiempo para el
agujero de gusano.
MC: ¿Y si no gano un solo
juego?
Nobunaga: Cada vez que
pierdas un juego, reclamaré una parte de tu cuerpo como de mi propiedad. Te
tendré voluntariamente a mi merced, pieza a pieza, hasta que te haya
conquistado por completo.
MC: Si así es como va a
ser, entonces no tomaré tu apuesta.
Nobunaga: Si no estás de
acuerdo, no regresarás en tres meses. Te encerraré en lo profundo de las
mazmorras de Azuchi y te mantendré ahí.
…
(El tiempo pasó muy rápido)
Conté en mi cabeza los días que quedaban, descontenta con el
número que obtuve.
MC: Me queda un
poco menos de mes y medio.
Nobunaga: Ya veo.
(Al comienzo estaba de acuerdo en usarlo, justo como él me
estaba usando a mí, hasta que pudiera ganar mi regreso al presente. ¿Es eso lo
que está molestándole? ¿Que tendré que irme pronto?)
Mi corazón estaba rogándome no dejar a Nobunaga.
Me tragué mis emociones y forcé una sonrisa.
MC: Sabes,
necesitamos trabajar en otro juego de Go. ¡Aún tengo que vencerte!
Nobunaga: No, no
tienes que hacerlo. Acabé con eso.
MC: ¿A qué te
refieres, con que acabaste con eso?
Nobunaga: Quiero
decir exactamente eso. La apuesta se terminó. Ya me cansé de eso.
(¿Se cansó?)
Nobunaga miró hacia el fuego con ojos ausentes.
(Okay, ¡algo realmente le ha pasado!)
MC: Ven aquí. No
te estás sintiendo bien, ¿verdad?
Nobunaga: ¿Qué?
MC: Amas molestar
a la gente. No hay forma de que el Nobunaga Oda que conozco dijera eso.
(Esta tarde estaba extrañamente callado)
MC: Discúlpame.
Vas a pensar que esto es algo extraño.
Extendí una mano y la coloqué sobre su frente.
Nobunaga: ¡¿?!
Parte 3
(Okay, no tiene fiebre)
Nobunaga: ¿Qué
estás haciendo?
MC: Estoy
revisando tu temperatura.
Nobunaga: ¿Por
qué?
MC: ¿Por qué?
Porque estoy preocupada de que pudieras estar enfermo. Eso, o has sido
reemplazado por un impostor cuando no estaba mirando.
Nobunaga: ¿Un
impostor? De verdad estás más allá de mi capacidad de comprensión.
MC: ¿De verdad lo
estoy?
Nobunaga: No.
El calor se enfrió en sus ojos.
Nobunaga: Tú
sorprendiéndome no es nada nuevo. Pero esta vez—Te empujé contra el suelo, y te
tuve a mi merced, y aun así, ¿estabas preocupada por mí?
Mirándome fríamente, rio.
MC: ¿Qué es tan
divertido?
Nobunaga: Una
mujer que se preocupa por mí y no busca sacar provecho de ello. Pensé que no
podías ser más ingenua.
(¡Argh! ¡Es como un paso adelante, y mil insultantes pasos
atrás!)
MC: ¿No se le
permite a la gente preocuparse por ti? ¡Quizá debería enviarle un memorándum a
Hideyoshi!
Nobunaga: No veo
porqué TÚ te preocupas por mí.
MC: ¿Quieres que
pase por la lista? Salvaste mi vida, ¿qué? ¿Cuatro veces ya? ¡Estaban las
flechas, el asesino, el veneno! ¡Sí, Ieyasu me contó eso! ¡Incluso Kennyo
sabía! Y anoche. ¡Corriste a salvarme, otra vez!
Nobunaga: Eso
era… diferente. No tenía la intención de salvarte. Actué sin pensar.
MC: Oh, ¿dónde he
escuchado eso antes? ¡Oh sí, era yo!
No era frustración o enojo lo que me movía a hablar, era
desesperación.
MC: Sabes,
Nobunaga, esto podrá sorprenderte, pero estoy feliz cuando estás feliz. Y
cuando estás triste, yo estoy triste. Así que lo que estoy diciendo es-- ¡Es mi
elección si quiero estar preocupada por ti!
Lo escuché tomar aliento, pero no dijo nada.
Mantuve los ojos fijos en él, rogándole que entendiera.
Pero no hablé tampoco, temerosa de que todo saliera mal.
(Nadie necesita una razón para que alguien le importe. ¡A
quién le importa un comino si se benefician de ello o no!)
No importa cuánto lo intentara, no parecía poder superar
quinientos años de diferencia cultural.
(Te amo. Y desearía que pudieras entender lo que esas
palabras significan)
Nobunaga: MC, yo—
No te entiendo.
(…Ugh)
MC: Bien. Ya tuve
suficiente.
Me giré y me fui, mis pies llevándome a correr.
Nobunaga: ¡MC!
Cerré los ojos con fuerza e ignoré la voz llamándome, para
no tener que llorar.
(Estamos tan cerca, pero tan lejos. ¿Por qué es tan difícil
decirle?)
Una gota de agua rodó por mi mejilla. La aparté.
(¿Por qué no puede entender? Alcanzó mi corazón. ¿Por qué no
puedo alcanzar el suyo?)
Parte 4
Mientras MC huía, Nobunaga saltó poniéndose de pie.
Nobunaga: ¡MC!
Estiró el brazo hacia ella, pero su mano sostuvo la nada,
sólo aire vacío.
Congelado, miró cómo desaparecía en la distancia.
Nobunaga suspiró.
Nobunaga: Soy un
tonto. Tengo estos sentimientos imposibles por ella.
…
Nobunaga: No tenía la
intención de salvarte. Actué sin pensar.
MC: Oh, ¿dónde he
escuchado eso antes? ¡Oh sí, era yo!
…
Nobunaga: Está
equivocada. No es nada como cuando me salvó del fuego. Lo que siento por ella
es—
Nobunaga sólo permaneció ahí de pie, solo en la oscuridad y
el silencio.
…
(¿La noche antes de la batalla MÁS lo que Nobunaga dijo la
noche anterior? Sí, no conseguí ni un parpadeo de sueño)
Me tallé los cansados ojos y salí de mi tienda.
Era otro claro, perfecto día—demasiado brillante para mi
humor actual.
(¿Qué voy a hacer sobre Nobunaga hoy? No quiero estar lejos
de él, pero no tengo idea de cómo enfrentarlo)
Hideyoshi: MC.
Hola.
MC: ¿Hideyoshi?
Buenos días.
Hideyoshi guió un caballo hacia mí mientras estaba empacando
mis pertenencias.
Hideyoshi: Así
que, irás conmigo el día de hoy.
MC: Um, ¿qué?
Hideyoshi: Órdenes
directas de Lord Nobunaga. Te confió conmigo. Y la confió a ella contigo. Te
está dando este caballo. Espera que cabalgues y nos sigas tú misma.
MC: ¿Y esas
fueron sus únicas órdenes?
Hideyoshi: Sí.
(Eso resuelve mi problema de cómo enfrentarlo. ¡Y me da uno
nuevo! ¡Ahora me está evitando!)
La indignación creció en mi interior. Lancé malas miradas al
pasto.
MC: ¡Ese imbécil!
Hideyoshi: ¿MC?
MC: Me ha
manipulado, molestado, casi rompe mi corazón, ¿y ahora sólo va a botarme?
Hideyoshi: Estoy
bastante seguro de que Lord Nobunaga no te ha botado.
MC: ¿Por qué no?
Hideyoshi dio unas palmaditas en mi hombro.
Hideyoshi: ¿Ya
sabes cómo nunca se retracta de una orden? Pues lo hizo, encargándote conmigo.
¿No crees que hay una buena razón para eso? ¿Como que quizá quiere que estés a
salvo? No creo que hayas dejado de importarle.
(Si sólo tuviera tu infinita confianza en él)
Parte 5
Hideyoshi: Y de
cualquier forma, deberías estar feliz. Te ha dado este caballo. Es un honor.
MC: Bueno, es
bonita.
(Espero que Hideyoshi tenga razón. De cualquier modo, no
puedo detenerme aquí y robar tiempo)
Alcé la mirada a mi nuevo caballo, Cheruit.
MC: Supongo que
intentaré montarla.
Hideyoshi: Ese es
el espíritu.
MC: Ha pasado
como un mes desde la última vez que tomé las riendas.
Hideyoshi: No te
preocupes. Me fue ordenado protegerte. Eso incluye de accidentes a caballo.
Practícalo. Lo necesitarás muy pronto. Pero si te sientes nerviosa, siempre
puedes cabalgar conmigo. ¿Lo ves? No hay de qué preocuparse.
(Hideyoshi es el exacto opuesto de Nobunaga)
MC: Eres tan
amable, Hideyoshi. ¿Es ese el secreto de tu popularidad con las mujeres?
Hideyoshi: Probablemente.
MC: ¡Y tan
modesto!
Solté una risita. Hideyoshi me dio unas palmadas en la
cabeza.
Hideyoshi: Eso.
Así está mejor.
MC: Déjame
adivinar, ¿estabas tratando de animarme?
Hideyoshi: Claro
que lo estaba. Esa sonrisa te queda bien.
MC: Gracias por
ayudarme a recuperarla.
Hideyoshi: Cuando
quieras.
Riendo, finalmente fui capaz de olvidar mis preocupaciones.
(Hideyoshi tiene razón. Es evidente que Nobunaga tiene mucho
en su mente últimamente. Quizá le echaré una mano. Le diré directamente que
quiero estar con él. Y no quedaré frustrada si no corresponde mis sentimientos.
Sólo quiero asegurarme de que los escuche)
Justo cuando acababa de tomar mi decisión—
Vasallo: ¡Lord
Hideyoshi! ¡Tenemos un reporte!
Hideyoshi: ¿Qué
ocurre?
Uno de los vasallos corrió y se arrodilló, luciendo
preocupado.
Vasallo: Un
ejército ha sido visto dirigiéndose hacia aquí.
Hideyoshi: ¿El
ejército de quién? ¿Qué tan grande?
(¿Quién vendría a atacarnos? ¡Se suponía que fuéramos los
agresores aquí!)
Vasallo: Tienen
el doble de nuestro número. Y cargan un estandarte azul. Seguramente son—
Hideyoshi: ¿Las
fuerzas de Kenshin?
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