Friday, December 27, 2019

Ikemen Vampire - Leonardo - Capítulo 11 [Traducción al español]

Leonardo - Capítulo 11

"Su sonrisa—esa siempre misteriosa sonrisa—  ¿qué era lo que esa sonrisa anhelaba?
Leonardo miraba a MC como si supiera que era algo que nunca podría tener."

Parte 1
(Mmm… ¿Mng? ¿Por qué… no puedo respirar…?)

Desperté de mi sueño, sintiendo que estaba siendo apapachada por un gigante, sofocante…
…Leonardo Da Vinci.

MC: ¿Huh?

(…¡¿Cómo acabamos así?!)

Estaba en mi recamara, yaciendo en mi cama; Leonardo yacía durmiendo junto a mí.
Más que eso, estaba completamente entrelazado conmigo, sus brazos sosteniéndome con fuerza.

(¿Qué pasó anoche—? Oh)

Leonardo: …¿Cara mia?
MC: ¿Leo? ¡¿Leonardo?!

(¿Cómo? ¿Por qué?)

Completamente desnuda, me hundí en el suelo de espaldas a él, buscando cubrirme como pudiera.

Leonardo: ¿No le dijiste a nadie que ibas a bañarte?
MC: ¡¿A quién se suponía que le dijera?! Ya es tarde.

(Recuerdo que nos encontramos desnudos—en le thermae. Como si no hubiera sido bastante malo, entraron Vincent y Theo--)

Leonardo intentó esconderme detrás de él hasta que se fueran, pero me desmayé.

(Debe haberme cargado hasta mi cuarto. Ni siquiera recuerdo qué pasó. Además, Leonardo no está despertando, y me está apretando MUY fuerte. ¡Necesito escapar!)

Me removí y forcejee, tratando de liberarme del sofocante pecho de este vampiro.
Este intento de escape salió tan bien como todos mis otros intentos de escape con Leonardo. Muy mal.
No sólo fracasé en liberarme—
Leonardo suspiró suavemente y me acercó más entre sueños, apretándome fuerte.
Estaba siendo aplastada contra su esculpido pecho que podía sentir a través de su holgada camisa. Mis sentidos se perdieron en esa pesada esencia.

(…Si me voy a asfixiar, al menos se va a sentir bonito—espera, no, ¡No quiero esto!)

Leonardo: Je.

Hubo esa risa, suave como los vientos a través de las montañas de Toscana. Me soltó.

Leonardo: Eres muy divertida, ¿sabes?
MC: Uh-huh. ¿Y cuánto tiempo has estado despierto?
Leonardo: Desde que empezaste a removerte y patear. Era tan lindo que no podía dejarte ir. Así que, te apreté más fuerte.

(¡Incluso estar medio dormido no detiene a Leonardo!)

Por mucho que quisiera vengarme por eso, lo necesitaba vivo—bueno, tan vivo como un vampiro podía estar—para interrogación.

MC: ¿Leonardo?
Leonardo: ¿Qué pasa?
MC: ¿Me cargaste de regreso a mi cuarto?

Parte 2
MC: ¿Me cargaste de regreso a mi cuarto?
Leonardo: Sí, después de que te desmayaste.
MC: Gracias por rescatarme.
Leonardo: Ni siquiera era una opción. No para mí.

Me enderecé en la cama, y entonces es cuando me di cuenta de que tenía puesto mi camisón.

(Pero estaba desnuda en le thermae…)

Leonardo giró sobre su costado, una sonrisa de complicidad en su rostro.

Leonardo: Sí, te vestí.
MC: No puedo creerte.
Leonardo: Los dos estábamos desnudos anoche cuando te cargué dentro del baño—
MC: ¡Basta! ¡No quiero escuchar esto!
Leonardo: Je, jajaja. ¿Por qué te sorprende tanto, cara mia?

Estaba doblado de la risa.

(De acuerdo. Así que, los dos vimos demasiado del otro la noche anterior. ¿Pero tal vez?—)

MC: ¿Hay una puerta más pequeña en esta mansión? ¿Una que pueda usar para regresar en el tiempo a la noche anterior?
Leonardo: Scusa, pero si estás tratando de regresar en el tiempo, tengo malas noticias. Así no funciona. Por cierto, ¿el baño es todo lo que recuerdas?
MC: ¿Qué más pasó?
Leonardo: Después de desmayarte, despertaste por un segundo anoche.

(¿Desperté?)

Sí tenía vagos recuerdos de estar incómodamente caliente en cama la noche anterior. Pero eso era todo lo que recordaba.

MC: ¿Hice algo?
Leonardo: Ciertamente lo hiciste. Cuando estaba a tu lado, me jalaste a la cama y me susurraste—

Leonardo gentilmente sostuvo mi mano, como para imitarme. Sentí su aliento en mi cuello.

Leonardo: Leonardo, tómame. Soy tuya—

No había terminado de decir esa horrible mentira cuando lo empujé de la cama.

MC: ¡Yo nunca diría eso!
Leonardo: Je. ¿Fui demasiado obvio?
MC: Más bien muy codicioso.

(¿Me pregunto si realmente hice algo? Ahí va mi oportunidad de averiguarlo)

Leonardo: Ya regresaré a mi cuarto.

Se levantó calmadamente y anduvo hacia la puerta.
Le llamé.

MC: Antes de que te vayas—
Leonardo: ¿Sí?
MC: Gracias por lo que hiciste.

Se rio gentilmente, de una manera que pareció llenar la habitación con su cálido humor.

Leonardo: …De nada. Disfruta tu día, cara mia.
MC: Igual tú.

Una vez limpié y me hube cambiado para el trabajo, salí de mi cuarto.
Las grandes ventanas con cortinas ya no eran las fauces de criaturas de las sombras a mis ojos.
Eran puertas al brillante y hermoso exterior del siglo XIX—

MC: Ya tuve suficiente de forzarme a sonreír.
Leonardo: ¿Hmmm?
MC: Pero no dejaré de sonreír. Sólo dejaré de forzarme. Tendré sonrisas más naturales.
Leonardo: ¿Para qué es el anuncio, cara mia?

Cuando dejas de forzarte a tener éxito, ese es el momento en el que eres libre de hacer cualquier cosa.
Y liberarte de tu ansiedad puede ser tan sencillo como tener a alguien que escuche.
Leonardo me había ayudado con ambas.

Parte 3
(Por ahora, confiaré en que la puerta se abrirá, y todo irá como dijo Comte. Mientras tanto, la pasaré bien en el tiempo que queda)

¿Cuántos días de estas “vacaciones temporales” había desperdiciado decayendo? Ya no más.

MC: Hoy va a ser un buen día.

Hice un lado la cortina, disfrutando un momento de la luz del sol, y procediendo a bajar por el salón.
…Después de esa simple revelación, la vida en la mansión mágicamente empezó a ir mejor.

Theodorus: Esta es la perfecta cantidad de jarabe.
MC: ¿Perfecta, huh? Es gracias a Sebastian. Me mostró cómo se hace.
Theodorus: Me agrada la gente que aprende de sus maestros. ¡Sigue así!
Vincent: ¿Sabes, MC? Theo sólo hace cumplidos a la gente que de verdad le agrada.
MC: ¿Es eso verdad, Theo?
Theodorus: Corta el rollo, Vincent. ¡Deja de sonreír, Knabbeltje!

[…]

Isaac: …¿Así que así es como arreglaron el problema de la anomalía cromática? Pero esta lente…
MC: Isaac, ¿estás seguro de que quieres trabajar en la oscuridad? Puedo abrir las cortinas para ti.
Isaac: …De acuerdo, si insistes. Por cierto... gracias…
MC: De nada.

[…]

(¡Ahora a colgar estas sabanas para secar!)

Napoleon: No estás planeando hacer esa pila entera tú sola, ¿o sí?
Sebastian: Honestamente, MC…
MC: Oh, Napoleon, Sebastian.
Napoleon: Ayudaré. Pásamela.
Sebastian: Será más rápido si todos trabajamos juntos.
MC: Gracias a los dos.

En casi nada de tiempo, hileras de sábanas blancas estaban ondulando en la cálida tarde.

Mientras tanto, en el balcón—
Leonardo estaba sentado contra las viejas piedras de la pared, llenando otra libreta con anotaciones
Escuchando alegres voces desde el jardín, miró hacia abajo por sobre su hombro.

Leonardo: …Ahí está ella.

Parte 4
MC, Napoleon y Sebastian estaban riendo sobre algo.
Vio a Isaac y Dazai moverse de su camino para unírseles. Otros les siguieron.
Pero los ojos de Leonardo permanecieron en MC.
Su sonrisa— su verdadera sonrisa— arrancó una expresión similar en su rostro.

Saint-Germain: No logro recordar la última vez que vi una sonrisa así en tu rostro.
Leonardo: No sonrío cerca de ti.
Saint-Germain: Qué revelación tan hiriente.

Le Comte fue a la balaustrada, donde vio a MC abajo en el jardín.

Saint-Germain: ¿Qué hechizo conjuraste en ella, Leonardo?
Leonardo: ¿Yo? No soy un mago.
Saint-Germain: Y aun así, veo trazos de magia en la dulce, perenne sonrisa de MC.
Leonardo: Supongo que hice algo para ella. Le ayudé a quitarse algo del peso sobre sus hombros.
Saint-Germain: ¿Qué peso?
Leonardo: Sabes, ella es fuerte para ser una humana. Ya es lo bastante duro enfrentar al mundo— ¿pero cuando ni siquiera es tu mundo? ¿Y cuando tienes que hacerlo solo…?

Sus ojos permanecieron fijos en MC.

Leonardo: No es de extrañarse que se sobre-esforzara tratando de hacer eso mismo. Se forzó un poco demasiado. Sólo le dije que no tenía que hacer eso. Averiguó el resto por su cuenta.

Justo en ese momento, MC se giró, y sus ojos resplandecientes se toparon con los suyos. Gritó alegremente.

MC: ¡Leonardo! ¡Comte! ¡Los veo ahí!  ¡Bonjour!
Leonardo: Me vio, ¿huh?

MC saludó y sonrió.

Leonardo: ¿Por qué saluda tan entusiastamente? Sus brazos lucen como que podrían salir volando.

Aunque su voz era pícara, había una nota de profundo afecto en ella.
Su sonrisa—esa siempre misteriosa sonrisa—  ¿qué era lo que esa sonrisa anhelaba?
Leonardo miraba a MC como si supiera que era algo que nunca podría tener.

Leonardo: Su sonrisa. Está tan llena de vida… Eso es lo que es estar vivo.
Saint-Germain: Leonardo, no estás escuchando a tu corazón.
Leonardo: ¿A qué te refieres--?

Parte 5
Leonardo: La adoras. Es evidente en todo lo que haces. Estoy seguro de que estás consciente de ello.

El silencio de Leonardo confirmó la suposición de le Comte.

Saint-Germain: Creo que MC podría estar empezando a ver algo en ti también.

Le Comte era implacable con su viejo amigo.

Saint-Germain: Pero sólo estás visualizando cómo acabará. Es demasiado fácil imaginarte sonriendo mientras le das un amistoso empujón por esa puerta.
Leonardo: ¿Y es esto terreno para criticarme, Comte? ¿Quién me la confió en primer lugar porque sabía que “no me arrepentiría de decir adiós”?... ¿Qué sugieres que haga…?

Leonardo le dedicó una dura mirada. Esta era una discusión que habían tenido demasiadas veces antes.
Le Comte cedió. Cuando habló, su voz era templada y tranquilizadora una vez más.


Saint-Germain: No estoy sugiriendo nada. No. De hecho, Leonardo, tengo una sugerencia.
Leonardo: …¿Qué?
Saint-Germain: Sugiero que MC y tú continúen su farsa en palabra, pero nada más. Y si parece que se está enamorando de ti, termina tu acuerdo con ella.

Le Comte contempló la distancia.

Saint-Germain: Enamorarse de ti romperá el corazón de MC… Y eso será finalmente lo que rompa el tuyo. No es mi deseo ver a ninguno de los dos acabar de esa manera.

Los finos oxfords de le Comte cliquearon contra el suelo de piedra, su saco ondeando cuando se iba.

Leonardo: Siempre con las sugerencias, Comte.

Leonardo volvió la mirada hacia MC sonriendo en el jardín, sus ojos dorados más tristes que antes.

Leonardo: …Pero lo haré.

[…]
MC: Fiuu.

Después del trabajo, me dejé caer en una de las sillas de la cocina.

(He tenido una abundancia de tiempo libre últimamente. Es gracioso, pero extraño permanecer ocupada)

…No. No era permanecer ocupada lo que extrañaba. Sabía lo que le estaba faltando a mi vida aquí.

(Leonardo no ha venido a verme desde hace un tiempo)

~Fin del capítulo 11~

~Traducción por Daisy Doe~

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