~Edo Blossoms~
Kazama — Capítulo 1
Kazama — Capítulo 1
[Galería: Escena 1, Imagen 1-4] — En una casa abandonada / Junto al fuego
La casa en sí era muy modesta en tamaño. Una fina película
de polvo cubría cada centímetro del suelo, dándome la impresión de que había
estado deshabitada desde hacía años...
Kazama: Hmph. Le llamaría más una cabaña que una casa. Bastante
austera, ¿no es así? Es evidente, sin embargo, que nadie vive aquí, así que
seguramente a nadie le importe. O, ve y duerme afuera si quieres. Te garantizo
que estarás congelada para la mañana.
Chizuru: […]
Aunque la idea de irrumpir en la casa de alguien más me
inquietaba de cierta manera…
No había forma de que fuera a morir aquí. No antes de descubrir
la ubicación de mi padre y mi hermano, y socavar sus terribles planes. Por
fortuna, Kazama encontró un cuarto con unas deslucidas sábanas, así que al
menos, no me congelaría como él sugirió. Los ojos de Kazama vagaron por la
habitación atentamente, y avanzó hacia la hundida hoguera, agachándose para
tomar una pizca de hollín viejo entre los dedos.
Chizuru: […]
Estar sola en ésta casa abandonada, con él, me ponía de
nervios, aunque no quisiera admitirlo. Sin nada en qué contribuir a la
conversación, mantuve mi silencio, observándolo examinar la hoguera. Los ojos
de Kazama se entornaron, mientras frotaba su barbilla con calma. Tras un
momento, estiró la mano hasta su bolsillo, agarrando trozos de roca para tratar
de encender la hoguera.
Chizuru: Umm, ¿Kazama? Si estás intentando prender el fuego, puedo
hacerlo.
Kazama: Sólo calla y siéntate bien. Esto nos calentará dentro de
poco.
Chizuru: Pero, ¿hacer un fuego no es un poco más complicado que
eso…?
Cuando vivía en Edo con mi padre, o incluso cuando vivía con
el Shinsengumi, era raro que necesitáramos prender un fuego de la nada. Con
frecuencia, podíamos confiar en la hospitalidad de los vecinos para proveernos de
materiales cuando estaban disponibles.
Kazama: Sí, hacer un fuego puede ser bastante difícil. Pero sólo un
humano se escaquearía de la dificultad. Está en su miserable naturaleza.
Kazama sostuvo cada pedazo de roca en sus manos,
golpeándolas una contra otra en un veloz movimiento para producir chispas. Una
vez más, buscó en su bolsillo, sacando de ahí un trozo de pergamino como
reemplazo de madera, sobre la pequeña, hundida hoguera, y volvió a entrechocar
las rocas. Después de unos segundos más, las chispas se volvieron ascuas sobre
el pergamino. Kazama sopló sobre la flama, creando fuego donde no lo había
habido en años.
Chizuru: […]
Aunque Kazama era quien había sugerido que pasáramos la
noche en ésta sucia casa…
No lucía agotado en absoluto.
Tal vez, me pregunté, sólo había sugerido que descansáramos
por mi bien, lo que me hizo sonrojar.
Kazama: Acércate un poco más a la fogata. Estás temblando.
Chizuru: Oh, ¡okay!
Hice lo que pidió, y me aproximé a él junto al fuego,
extendiendo mis manos para conseguir calor. Mis manos, que se habían entumecido
por la fría, ventosa noche, hormiguearon al regresar la sensación.
Una sombra se retorcía y vacilaba sobre el estoico rostro de
Kazama mientras contemplaba las llamas silenciosamente. Mientras miraba a
Kazama, me di cuenta de que no sabía casi nada de él, mucho menos de la
historia de su gente, o de dónde venía. Para mí, eran simplemente Demonios
política e ideológicamente en oposición al Shinsengumi. Y que, como mujer
Demonio, era su objetivo. Hasta ese punto llegaba mi conocimiento, ya que su
gente se había refugiado en secreto por generaciones, tanto que ni siquiera yo tenía idea de que yo misma era un
Demonio. Todo lo que sabía era que Chikage Kazama, Kyuju Amagiri y Kyo Shiranui
eran todos fieros, astutos guerreros. Todo lo demás era un completo enigma para
mí.
Chizuru: ¿Kazama…? ¿Te importaría compartir conmigo algunas
historias sobre nuestra gente? ¿Sobre los Demonios?
Kazama: ¿De dónde vino eso?
Chizuru: Si todo lo que Sen, mi padre, mi hermano y tú dijeron es
verdad… Entonces yo también soy parte del Clan Demonio, ¿verdad? Pero no puedo
evitar sentirme tan desconectada de todo eso. No tengo idea de dónde vienen los
Demonios, por cuánto tiempo han estado, o tan siquiera qué son. Es por eso que
quería saber más sobre mí misma, y más sobre todos ustedes, también.
Estaba viendo directo al rostro de Kazama, observando sus
ojos escarlata fijarse en el fuego desdeñosamente. Por un momento estuvo en
silencio, hasta que giró su rostro en mi dirección con disgusto.
Kazama: No soy un historiador. No sé cómo llegaron a existir los
Demonios, ni cuándo decidieron establecerse en éste país. Pero una cosa sé por
seguro… El ciclo de lucha y derramamiento de sangre entre Demonios y humanos es
tan viejo como el tiempo. Nosotros los Demonios nunca perderemos contra un
humano si se trata de un duelo uno-a-uno, pero… Lo que los humanos tienen, que
nosotros no, es la bendición numérica. El tigre podrá ser el más fuerte cazador
de la selva, pero hay un límite de cuánta presa puede cazar. La ambición
humana, sin embargo, no tiene límite. Así que, Demonios decidieron
autoexiliarse como medida contra la fuerza destructiva de los humanos.
Chizuru: […]
Kazama: Sin embargo, algunos Demonios eligieron resistir la afrenta
de inferioridad avanzando por nuestras tierras. Su resistencia probó ser fútil.
Al final, los exterminaron sin remordimiento.
Chizuru: Si alguna vez te contaron las leyendas o los cuentos de
“Demonios” en el pasado…
Kazama: Aquí es donde se origina su leyenda. Algunos de ellos
–aquellos que sobrevivieron, cuando menos- siguen, viviendo en las sombras por
todo el país.
Chizuru: […]
Me pregunté a mí misma cómo los clanes habrán lidiado con
verse orillados a ocultarse…
Escuchar a Kazama hablar de la historia de su genta tan
fríamente me causó tantas preguntas…
Yo…
Chizuru: Ahora que lo mencionas, creo que recuerdo algo que Sen me
dijo en el pasado… Sen me dijo que mi familia –el Clan Yukimura- tenía un gran
prestigio entre algunos otros clanes. ¿De casualidad sabes algo del Clan
Yukimura, Kazama?
Todo lo que había aprendido venía de Sen, que descendía de
la línea de uno de los más grandes clanes en la historia de nuestra especie.
Chizuru: También me contó que la aldea Yukimura fue destruida por
humanos…
Si Kazama podía esclarecer lo que fuera relacionado al
destino de mis ancestros, entonces quería saber…
Miré de regreso a él con curiosidad, pero él volteó la
cabeza.
Kazama: La historia de tu familia es algo sobre lo que estoy
pobremente informado. En ciertos sentidos, puede que estés más al tanto que
yo.
Chizuru: Ya veo…
Kazama: Tendrás que preguntarle a Kodo, o a Kaoru Nagumo tú misma
cuando llegue el momento. Eso es si
deciden compartir la verdad contigo.
Chizuru: Bueno, ¿sabes algo acerca de cualquiera de las otras
familias de la misma región?
Kazama: Cada región tiene un puñado de clanes gobernado por cada
uno de sus miembros más fuertes, pero ahora... No hay ni el ímpetu ni la
infraestructura para comunicarnos, dejando nuestras actividades en la oscuridad
para los vigilantes ojos de otros clanes Demonios.
Chizuru: Ya veo… Gracias.
Era un tanto decepcionante escucharle decir eso, así que
moví los ojos hacia los vacilantes brazos del fuego. La flama continuó
crujiendo, resaltando el silencio entre Kazama y yo.
Kazama: Empezamos mañana temprano. Quizá sería mejor para ti que
descansaras ahora.
Honestamente, quería seguir charlando con Kazama un poco
más, pero…
Chizuru: Tienes razón. Creo que lo haré, entonces.
Aún quedaba mucho de la montaña que teníamos que atravesar a
pie, así que necesitaba cada minuto de descanso que pudiera conseguir.
No fue hasta que me acerqué más a las cobijas que me percaté
de qué tan enmohecidas y con olor a humedad estaban.
Chizuru: U-um, ¿Kazama? ¡¿En serio esperas que duerma aquí?!”
Kazama: ¿Disculpa? ¿Cuántos otros cuartos ves?
Chizuru: ¡P-pero--!
Mientras escuchaba cuidadosamente por algún sonido fuera de
la casa, no encontré ninguno. Ni un solo pájaro o insecto. Al parecer, lo único
de vida en un rango de una milla éramos Kazama y yo. Es verdad; sólo nosotros,
solos.
Kazama: ¿Qué pasa? ¿No te habías acomodado para dormir?
Chizuru: ¡Y-ya sé!
Aunque los dos éramos Demonios, y a pesar de cómo he estado
vestida, permanecía el hecho de que Kazama era un hombre, y yo, una mujer. Aquí
estábamos, los dos. Durmiendo bajo el mismo techo como si fuera cualquier cosa…
No quería alertar a Kazama de mi comportamiento, pero sólo por si acaso…
Discretamente jalé el lecho de junto a su cama al rincón más lejano junto al
fuego. Sin importar qué tan furtiva traté de ser, Kazama se dio cuenta de
inmediato y me sonrió burlonamente.
Kazama: Bien. Noté cuán incómodamente tus ojos se habían estado
moviendo, pero ahora, todo tiene sentido.
Chizuru: ¿T-tienes algún problema con eso? Es decir, soy una mujer…
¡Sólo pensé que más vale prevenir que lamentarse!
¿Por qué soltó una risita?
Sus ojos se entrecerraron, desplazándose hacia mí. Habló
ásperamente, su voz apenas arriba de un susurro.
Kazama: ¿Pretendes que intente algo contigo?
Chizuru: ¡C-claro que no!
Mis mejillas estaban ardiendo, y no por el fuego.
Kazama: Sólo estoy molestándote. Me tomas por un repugnante mal educado,
¿no es así? Los Demonios mantienen el decoro y la tradición con alta
importancia. No temas, pues no te pondré un dedo encima hasta que nuestro
matrimonio esté oficializado.
Chizuru: ¡¿M-matrimonio?! Pero yo no tengo deseos de casarme
conti--
Kazama: Olvídalo. Sólo
duerme un poco… Mañana será incluso más agotador. Te convendría descansar.
Chizuru: …Está bien.
Kazama me espetó con dureza, pero sabía que sus intenciones
eran amables, así que hice como pidió y me deslicé tentativamente en el mohoso,
húmedo lecho. Aunque, no podía dejar de decirse, seguía escéptica de Kazama.
Pero por ahora, tenía que confiar en que no me mentiría, ni se aprovecharía de
mí estando bajo su custodia. Más importante que eso, era mucho más pertinente
que me preocupara del paradero de mi padre y Kaoru. Me aterraba la idea de los
nuevos Furias de Padre despiadadamente rebasando al Shinsengumi con su bestial
hambre… Debo hacer lo que sea necesario para detenerles…
Cerré los ojos, insegura, durmiéndome mientras el fuego
crujía inquietantemente detrás de mí.
. . .
Mientras despertaba…
Chizuru: ¿H…uh…?
Cada parte de mi cuerpo dolía, y se sentía como si hubiera
cerrado los ojos y los hubiera reabierto un segundo más tarde.
Kazama: […]
Kazama estaba fijo en su sitio, sentado exactamente como
había estado cuando me había quedado dormida, dándome la extraña sensación de
distorsión del tiempo. Los rayos del sol se refractaban a través de la ventana,
iluminando la nube de partículas de polvo flotando en la habitación. Un gorrión
gorjeó alegremente en el exterior. Era de mañana, sin duda.
Chizuru: ¿Ya es de mañana…?
Kazama: Ah, ya despertaste. En cuanto estés lista, partiremos.
Chizuru: Vale…
Aunque se sintió como si no hubiese dormido en absoluto…
Cuando menos, había logrado recuperarme un tanto del día anterior, justo a
tiempo para otra travesía físicamente demandante.
Chizuru: Umm, ¿Kazama? ¿Te quedaste despierto toda la noche?
Kazama: Bueno, no toda la
noche…
…O eso dijo Kazama, yo tenía otra idea. Era probable que
observara el fuego hasta el amanecer, avivándolo silenciosamente en
anticipación a la mañana.
Chizuru: Gracias…
Kazama: ¿Por qué me estás agradeciendo? No recuerdo haber hecho
nada para merecer tu gratitud. Sólo apúrate y alístate. Quieres encontrar a Kodo
lo más pronto posible, ¿no es así...?
🌸 🌸 🌸
[Escenas de la galería de Kazama traducidas: 1/10]
Eres libre de ocupar la traducción si gustas, lo único que pido es que se me acredite. Me encantaría ver qué uso se le da ❤
Página/Edición alterna disponible en cherryblossomfist.wordpress.com
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