Last Love - Leonardo - Capítulo 2
Me he enamorado
del genio con múltiples talentos, Leo. Con una insaciable sed de saber, parece
estar buscando algo…
Si tuviera que
describir nuestro amor con una palabra, sólo podría ser llamado destino…
Parte 1
Leo: Puedes estar justo aquí conmigo, pero es como si estuvieras
mirando a algo muy lejos… No puedo dejarte sola o podrías irte a algún sitio
donde no puedo seguirte.
(Oh, Leo)
¿Cómo podían
esos ojos, tan desbordantes y ambarinos que eran casi dorados, ver la verdad en
mi corazón con tanta facilidad?
(Pensé que sólo
estaba interesado en mí porque era una rareza. Pero era más que eso)
Leo: …Eso, y quiero saber más de ti. Así que, ahí lo tienes.
¿Simple, verdad?
Mi pulso se
aceleró.
(¿Es eso
simple? Parece que hay más)
Leo era como el
viento. Imposible de capturar. Por lo que ni siquiera yo podía ver sus
verdaderas intenciones.
MC: Eres demasiado amable con alguien que los dejó a todos
atrapados en este lugar.
Leo: Estoy seguro de que ustedes dos tenían sus razones… Tu
mayordomo dijo que estás buscando un compañero—un esposo. ¿Es eso cierto?
(Sebastian, ¿Es
ESO lo que dijiste para atraerlos hasta aquí? ¡No puedo creerlo!)
MC: S-sí. Sí, eso es.
Leo: En cualquier caso, me gusta este lugar. Me gusta que puedo
pasar tiempo contigo.
Sí parecía
pasarla bien. Leo era un hombre que parecía poder encontrar gusto en todo.
Me percaté de
porqué eso me ponía triste.
(…Iba a decirle
la verdad, pero ahora tengo miedo. Leo es demasiado generoso para un humano.
Seguramente dejaría todo lo que posee a cualquiera que se atreviera a pedirlo.
Se convertiría en un vampiro si le dijera una sola palabra)
No pude
soportar devolverle su reluciente mirada un momento más. Me levanté para irme.
MC: Voy a retirarme por esta noche. Gracias por tu compañía.
Cuando di un
paso hacia la mansión—
Leo: MC.
MC: ¿Sí?
Me giré.
Leo: Un día, tus ojos brillarán de nuevo… Alejaré toda la
tristeza en esos hermosos ojos, para que sólo puedas mirarme a mí.
Parte 2
No podía
quedarme más…
Las palabras de
Leo habían removido la base sosteniendo toda mi negación, cada una de mis
defensas contra él.
Y el corazón
roto que sentí cuando me di cuenta de que estos sentimientos eran auténticos
fue demasiado.
Leo: Nos vemos mañana. Buenas noches.
MC: …Sí. Buenas noches.
Traté de no
mirarlo mientras agitaba su mano en despedida.
Una vez en mi
cuarto, cerré la puerta y me hundí en el suelo.
(Le dije a
Sebastian que esto no podía ser amor—Pero sí es amor. De mi parte)
Amor tan
agridulce que destrozó mi corazón como el paso del tiempo consumía mi cuerpo.
Lo sentí
innegable. Ya que nosotros los vampiros anhelábamos la sangre de aquellos que
amamos—y yo sentía la necesidad de Leo más allá de mi voluntad, más allá de mi
decisión de no convertir a nadie.
(Pero ese es el
problema. No puedo morderlo)
No podía matar
al hombre que amaba.
(…La vida que
le daría a cambio, la vida de un vampiro, no es lo que yo llamaría vida)
Él no estaría
solamente abandonando todo lo que conocía. Sería forzado a verlo crecer y morir
sin él, expuesto a aplastante dolor.
(Sebastian
puede haber tratado de prepararlos diciéndoles el cuento de que estaba buscando
un esposo, pero no es lo mismo. No es como si sólo pudiéramos…)
Leo: Un
día, tus ojos brillarán de nuevo… Alejaré toda la tristeza en esos hermosos
ojos, para que sólo puedas mirarme a mí.
(…¡Oh, pero si
pudiéramos! Si Leo y yo sólo pudiéramos estar juntos, ¿qué tan maravilloso
sería cada día?)
Traté de no
dejarme a mí misma soñarlo, sabiendo que para nosotros los sangre pura, la
despedida siempre es inevitable.
Pero ni
siquiera nosotros podemos seguir sin sueños…
…Después de
eso, traté de distanciarme de Leo.
Porque si él me
ponía en su regazo, si me sonreía, no podría pretender que todo estaba bien y
divertido.
Ya me había
abierto con él, hablado de cosas que no le había dicho a otra alma.
…Y estaba
asustada de que podría llegar a decirle de mi destino cuando la luna llena se
alzara.
Un día—
Mientras pasaba
por los pasillos, noté que la puerta de Leo estaba abierta.
Estaba adentro,
sentado y trabajando en algo. ¿Un dibujo? Parecía enfrascado en su trabajo.
(¿Qué podría
estar haciendo?)
No era correcto
quedarme ahí, pero no podía apartar la mirada. De pronto, Leo se giró.
Leo: Espiando el cuarto de un hombre. ¿Eres una propia dama
noble o no?
(¡Me notó!)
Parte 3
MC: ¡D-disculpa! Pero esta es mi casa. Y además, la puerta
estaba abierta y—
Leo rio con una
grave, áspera risita.
Difícilmente
podría ser llamada melodiosa, y aun así hallé su risa como música para mis
oídos.
Leo: Si la puerta está abierta, entonces supongo que eso
significa que deberías pasar.
(¿Confío en mi
misma para estar sola con él?)
No podía luchar
contra la magia del corazón que me hacía querer pasar cada momento con Leo.
Leo: ¿Necesitas una silla?
MC: No tiene caso ofrecer tu regazo de nuevo. Me rehuso
firmemente.
…Me hubiera encantado
eso. Estar tan cerca de él como fuera posible. Pero haría mis sentimientos muy
obvios si lo hiciera.
Leo rio,
pensando que estaba nerviosa.
Rápidamente
empujó una pila de objetos del sofá para dejarlo libre para mí.
Leo: Tu asiento, mi principessa.
Hizo un amago
de reverencia, aunque pensé divisar verdadero respeto en el gesto.
MC: Gracias.
(Realmente te
amo)
Había vivido
mucho más que él, y aun así el abismo de años separándonos parecía pequeño
cuando sonreía.
Leo: Acabo en un momento.
Leo regresó a
su trabajo.
MC: ¿Qué estás haciendo, por cierto?
(Hay muchos más
papeles en su escritorio que la última vez que estuve aquí)
Leo: …Construyendo diseños.
MC: ¿Eres un… arquitecto?
Leo: En entrenamiento. También un pintor en entrenamiento. Y un
astrónomo en entrenamiento. Y matemático…
MC: ¿Estás entrenando para hacer todas esas cosas?
Leo me miró con
una sonrisa torcida.
Leo: También estoy estudiando geografía, botánica, y música.
MC: ¡¿Qué?! ¡¿Cómo puedes hacer tantas cosas?!
Leo: ¿Cómo puedes no hacerlo? ¡El mundo es enorme y fascinante!
¿Quién dice que tienes que restringirte a aprender sólo una cosa?
(…Nadie,
supongo)
Había vivido lo
suficiente como para estudiar incontables temas, y aun así había elegido
aislarme de la vida.
Tal vez era
esta actitud que hacía que Leo pareciera mucho más sabio que los años que
tenía.
MC: Eso es impresionante. Y aun así, no parece que haya
bastante tiempo para hacer todo eso.
Leo: No, probablemente no. Triste que la vida se pase tan
rápido…
Leo dejó su
lápiz y se levantó de su diseño terminado.
(Hay más que
quiero preguntarle)
MC: Leo, ¿cómo es tu vida en la ciudad?
Leo: Tienes muchas preguntas para mí hoy. Normalmente, yo soy
quien va preguntando.
Parte 4
Leo tomó
asiento junto a mí en el sofá.
Estar en mayor
cercanía hizo que mi corazón se acelerara.
MC: ¡Es porque he estado demasiado ocupada respondiendo todas
tus inquisitivas! Nunca me dejas tiempo para preguntar nada.
(“¿Cómo
funciona la reja?” “¿Cuál es la diferencia entre vampiros mayores y menores?”
“¿Cómo es vivir por siglos?” Ahora que sé que su curiosidad impulsa sus muchos
estudios, no me molesta tanto)
Pero cuando
llegó por primera vez, las incesantes preguntas eran… eran…
(…Resultaban
familiares, de algún modo. Se siente como que puedo recordar otra alma curiosa
siguiéndome, haciendo preguntas)
No es raro
confundir memorias tras varios siglos, pero me molestaba que no podía recordar
esta. Se sentía importante.
Leo: …¿Querías saber sobre mi vida en la ciudad?
Su voz me trajo
de vuelta a nuestra conversación.
MC: Sí, si no te molesta. Me gustaría saber más de ti. Dónde
vives, y qué haces.
Leo: Donde vivo es… en todos lados. ¿En cuanto a qué hago? Supongo
que puedes llamarme un Aprendiz de Todo[1]. Ayudo a quien sea que lo necesite.
Siempre hay alguien con algún problema, ¿verdad? No hay bastante gente para
escuchar. Pero yo escucho, y los ayudo a resolverlo.
(Puedo
fácilmente imaginarlo haciendo eso)
Leo vivo,
rodeado de gente, todos sonriendo con alivio de que estuviera ahí.
MC: Tú amas a la gente, ¿no es así?
(Incluso estás
tratando de ayudarme después de ver qué tan solitaria estoy, ¿no es cierto?)
Leo: Sí, pero hay otro motivo por el que no me quedo en un solo
sitio y con una sola cosa.
MC: ¿Por qué?
Leo: …He estado buscando a alguien…
Sus ojos eran calientes
como una flama.
Leo: A donde sea que voy, intento reunir cuanta información
puedo sobre esta persona. Esperando que si ayudo a bastante gente, alguien
podría ayudarme a encontrarle…
MC: Oh, ya veo.
(…Realmente no
puedo hacerlo. No puedo convertirlo… No puedo forzar a Leo a permanecer aquí.
Hacerlo abandonar su búsqueda)
La persona que
estaba buscando muy seguramente estaba esperándole, también.
(Un hombre tan
bueno como Leo no es mío para apartarlo del mundo)
MC: …Pronto será luna llena. Y entonces podrás regresar a tu
búsqueda.
Leo: ¿Qué hay con eso? ¿Tú tan feliz de ver que me vaya? ¿O
estás diciendo eso para tratar de en su lugar impulsarme a quedarme aquí
contigo, vampira mía?
MC: ¡Esa es una idea absurda! ¡Honestamente, ustedes humanos y
sus imaginaciones!
(…Desearía que
pudieras quedarte…)
Desearía que
pudiera convencer a Leo de abandonar su búsqueda y quedarse conmigo.
Y si lo
convertía en un vampiro, podría tener todo el tiempo del mundo para estudiar y
perfeccionar todas las áreas que pudiera soñar.
…Sólo quería
estar con él. En cualquier forma.
(¿Cuándo me
enamore tan profundamente de él?)
No temía mi
muerte en la luna llena. Temía no volver a ver a Leo nunca.
Leo: Dime…
Leo clavó su
mirada en la mía.
Leo: No podemos dejar esta mansión hasta la luna llena, pero si
quisiera volver por otro mes o dos para verte, ¿podría?
Parte 5
Leo no estaba
preguntando porque quisiera conocer la mecánica de este sitio.
Estaba haciendo
una pregunta diferente.
Pretendí no
escucharla y asentí.
MC: Sí, por supuesto. Es… bastante simple.
No era
exactamente una mentira.
(Cuando la luna
llena llegue, la magia de este lugar se debilitará definitivamente con mi
muerte. Él podría ir y venir como quisiera, pero Leo no sería capaz de volver a
verme nunca)
No podía admitirle
eso a él. Si Leo regresaba a preguntar por mí, le dejaría a Sebastian el
decidir qué decir.
Leo: …Entonces mantén mi cuarto así para mí. Porque volveré a
verte. Lo prometo.
Leo estiró la
mano para cubrir la mía.
Colocó un
objeto en ella.
Era un hermoso
reloj de bolsillo. Viejo, pero de cuidadoso trabajo.
MC: ¿Por qué es esto?
Leo: Considéralo certeza de nuestra promesa. Deberías sostener
eso hasta que te vea de nuevo.
MC: Parece una antigüedad. ¿Estás seguro de que no quieres
conservarlo contigo?
Leo: …Quiero que lo tengas. Consérvalo.
Leo sostuvo mi
mano fuertemente, presionando el reloj en ella con una profunda, emoción no
hablada.
(…Pero nunca
podré regresártelo)
Aun así, lo
acepté. Soltó mi mano y me encontré presionando la tapa del reloj para abrirla.
MC: ¿Hmm? Leo, este reloj se ha detenido. ¿Cómo haces que
funcione?
Leo: No puedes. Necesitas algo especial… Algo que ya no tengo.
MC: ¿En serio? Es un reloj tan hermoso. Es una pena pensar que
no volverá a funcionar.
De pronto Leo
empezó a reír.
Leo: …¡Podría pasar! Nunca se sabe.
MC: ¿Qué significa eso?
Leo: Nada. Sólo… un deseo mío.
~Fin del capítulo 2~
[1]: “Aprendiz
de Todo, Maestro de Nada”
~Traducción por Daisy Doe~
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