Last Love - Arthur - Capítulo 2
Me he enamorado
del descarado escritor, Arthur. Él insiste en que quiere convertirse en
vampiro, pero ¿parece haber una razón detrás de todo eso…? Sólo este amor
nuestro puede conmover mi corazón así…
Parte 1
Arthur: ¿No hay forma de salvarte, MC?... ¿No
puedes… amarme, como te amo…?
Esto no era lo
mismo que su molestar diario. Cuando Arthur me miró a los ojos, su vívido azul
me quitó el aliento.
MC: Realmente quieres decir—
Parpadee, y su
seriedad se había ido.
Arthur apartó
sus manos, una vivaz sonrisa en su rostro y una seca risa en sus labios.
Arthur: …Nada. ¡Una broma! Aunque, estaría
bastante complacido si eso robó tu corazón. ¿Lo hizo? Todos mis últimos
intentos para cortejarte no han estado a la altura, ¡lo que es bastante
irritante!
(Oh. Así que,
esa fue sólo otra de sus “entretenidas historias”. Bueno. Eso es… bueno)
Estaba
aliviada. Y extrañamente vacía. Y me sentí fría sin su toque.
(No debo
acostumbrarme a esto, o empezaré a soñar una vida con él de nuevo)
Necesitaba
mandar lejos a Arthur. Forzarlo fuera de mi vida, por su protección.
MC: …Arthur, ¿qué dirías si te dijera que tengo una apuesta
diferente para ti?
Arthur: Diría que tienes mi interés.
MC: Si puedes traerme un cierto objeto, te amaré como deseas y
te convertiré en un vampiro.
Arthur: ¿Qué objeto es ese?
MC: Debes traerme una rosa roja. Tienes hasta la noche de la
luna llena.
Arthur: Una rosa roja…
Su interesada
sonrisa se convirtió en una amplia sonrisa.
Arthur: ¡Es un trato! Lo juro por mi vida, ¡te
traeré la rosa más roja que hayas visto!
Hizo una ligera
reverencia y se apresuró a salir por la puerta, ansioso para partir en su empresa
de tontos[1].
(Lo lamento,
Arthur… Nunca hallarás esa rosa aquí)
Parte 2
La chaqueta de
Arthur estaba retacada con papel y una pluma, ya que había decidido no
desperdiciar tiempo regresando a su cuarto para escribir.
Desde apostar
con MC que le encontraría una rosa roja, había pasado todo su tiempo libre por
los terrenos de la mansión, buscándola.
Día tras día…
Mañana y noche…
Arthur: …Nada aquí tampoco…
Sebastian: Monsieur,
¿qué cree que está
haciendo afuera tan tarde en la noche? Si está buscando una forma de dejar la
mansión—
Arthur: ¡No pongas esa expresión amarga! Estoy
contento de quedarme aquí por ahora. De hecho, ¡tendrías dificultad
sacándome!... No hasta que encuentre una rosa roja.
Sebastian: ¿Está buscando una… rosa roja?
Arthur: Sí, hice una apuesta con MC de que le
llevaría una rosa roja antes de la luna llena. Si lo hago, prometió enamorarse
de mí y convertirme en vampiro. ¡Así que ya ves por qué es urgente que
encuentre una!
Arthur se
arrodilló para regresar a su búsqueda—
Sebastian: …No va a tener éxito.
Arthur: Un poco pronto para decir eso, ¿no
crees?
Sebastian: No va a tener éxito porque no hay rosas
rojas creciendo en ninguna parte de esta mansión.
Arthur: …Quizá no hayan plantado ningunas, pero
su jardín es vasto. Tienen que haber rosas aquí. Sería extraño si no las
hubiera.
Sebastian: Y aun así, no hay ninguna.
Parte 3
Sebastian: No va a tener éxito porque no hay rosas
rojas creciendo en ninguna parte de esta mansión.
Arthur: …Quizá no hayan plantado ningunas, pero
su jardín es vasto. Tienen que haber rosas aquí. Sería extraño si no las
hubiera.
Sebastian: Y aun así, no hay ninguna. Yo personalmente
me aseguré de que las removieran.
Arthur: ¿Las quitaste? ¿Por qué…?
Sebastian: Madame
la Comtesse no puede
soportar mirar las rosas rojas sin una gran tristeza. Y yo no podía soportar ver a mi señora
de así, así que removí todo rastro de ellas.
Arthur: ¿Por qué ver una rosa la pondría triste?
Sebastian: ¿Está familiarizado con el significado
emblemático de las flores? Las rosas rojas significan “Te amo”. Mi señora ha
vivido por siglos. Durante ese tiempo, perdió a toda su familia y a todos sus
amigos. Se ha rendido con el amor.
Arthur se
arrodilló en silenciosa reflexión.
Cuando alzó la
mirada, había esa indomable sonrisa una vez más.
Arthur: ¿Me ha exigido algo que no existe--?
Vaya, ¡es como los mitos de antaño! Sabe cómo robar el corazón de un escritor.
¡Momento de idear una solución creativa!
Sebastian: …Monsieur
Arthur, elegí traerle aquí creyendo que podía ser de confianza. Pero sus
acciones han levantado sospechas. Una y otra vez, expresa el deseo para que Madame la Comtesse lo convierta en
vampiro. Asumo que está planeando usar el poder de ella para crear vampiros
para algún vil propósito—
Arthur: ¡Nunca!
La negación de
Arthur fue firme y honesta.
Arthur: …Sólo pedí eso porque la mantendrá con
vida… Eso es todo lo que deseo…
Arthur se fue,
su máscara sonriente no ocultando su determinación tan bien como antes.
Sebastian: ¿Podría ser? ¿Sabe la verdad?
Parte 4
(…Ya me siento
tan débil. Mi cuerpo apenas obedece mis órdenes…)
Afuera,
pendiendo como un disco en el cielo lapislázuli, la luna estaba casi completa.
(Mañana en la
noche entonces. Esa es la noche que dejaré este mundo para siempre…)
Era destino. Al
menos, eso es lo que me decía a mí misma.
…Después de
vivir suficiente para ver morir a todos los que amaba, finalmente era mi turno.
En el oscuro
pasillo, vi una sola luz.
Un diminuto,
diminuto hilo de luz. Lo seguí.
La luz creció
más brillante hasta que me di cuenta de que sólo era la luz de la habitación de
Arthur.
(Arthur debe
seguir despierto)
Sin embargo,
cuando abrí la puerta, me encontré que estaba dormido, su cabeza recostada en
el escritorio.
(Mira esas
pilas de papeles. Debe haberse dormido en medio de escribir)
Sonreí, viendo
qué inocentemente dormía. Entonces fue cuando noté que los papeles que le
rodeaban no estaban llenos de palabras.
…Estaban
teñidos de rojo con tinta. La misma tinta cubría sus manos en manchas sin ton
ni son.
Hoja tras hoja
estaban estropeadas y dobladas. Desgarradas. Descartadas. Todas menos una—lo
que hablaba la verdad de lo que había estado haciendo.
Una sola roja
rosa hecha de papel doblado.
MC: …¿Por qué…?
Más allá de sus
dedos manchados de tinta, vi que manos y brazos de Arthur estaban cubiertos en
arañazos.
Esos no eran
cortes con el papel.
Eran heridas
por poner de cabeza los jardines buscando una rosa real.
(Oh, Arthur.
¿Por qué has ido a tales extremos…?
Parte 5
(¿Es todo esto
por tu historia?... ¿O realmente me amas?)
No sabía lo que
sentía realmente por mí. Y tenía miedo de averiguarlo.
Si el amor de
Arthur era verdadero, entonces seguramente desearía por ese futuro que no
debería desear.
MC: ¿No lo ves, Arthur? No importa lo que hagas por mí, no
puedo morderte… No dejaré que sufras mi soledad y desesperación. No puedo
soportar hacerte pasar eso… ¡E-es por eso que… no puedo…!
Aparté un
mechón de su suave cabello y deposité un beso sobre su ceja.
Mis lágrimas lo
tocaron también.
(…No sólo te
he abierto mi corazón a ti… Me he enamorado de ti. Hace mucho)
Apartando
gentilmente mis lágrimas de su durmiente mejilla, me robé su rosa de papel y
dejé el cuarto.
Los ojos de
Arthur se abrieron apenas se fue.
Arthur: …Todo lo que quería era mantenerte con
vida… Ni siquiera tenías… que amarme también… Y aun así tú… tú…
…La noche
siguiente, la luna estaba llena. Resplandecía en el cielo, un mensajero
escalofriante.
La magia que
sellaba la mansión se desvaneció. Las puertas se abrirían ya. Los otros se
fueron a casa…
…Sólo Arthur
permaneció…
Arthur: MC, es momento de terminar nuestra
apuesta. ¿Te has enamorado de mí…?
~Fin del capítulo 2~
[1]: Una misión
para bobos. Una tarea sin sentido, sin esperanzas.
Oh Dios. Mi
corazón.
No comments:
Post a Comment