Friday, February 21, 2020

IkeVamp - Last Love [Event] - Arthur - Capítulo 1

Last Love - Arthur - Capítulo 1

Me he enamorado del descarado escritor, Arthur. Él insiste en que quiere convertirse en vampiro, pero ¿parece haber una razón detrás de todo eso…? Sólo este amor nuestro puede conmover mi corazón así… 

Parte 1
Érase una vez, había una vampira. Una sangre pura, la última de los llamados inmortales…
Ya que si no bebía de un mortal pronto, su cuerpo fallaría y moriría.

Después de siglos sola, sin conocer el amor, y con nadie mas que su mayordomo de compañía, su tiempo estaba llegando a su fin.
La última de los vampiros sangre pura se tornaría en polvo la noche de luna llena.

Y aun así, incluso si significaba su supervivencia, la última vampiro sangre pura no podía obligarse a morder a un mortal…
Ya que hacerlo cambiaría por siempre a ese mortal en un vampiro –un acto peligroso, uno que nunca podría cambiarse…

Cansada del vacío de la perpetua existencia, la última sangre pura se retiró a su mansión en lo profundo del bosque, para esperar su final.
Pero su mayordomo, el fiel vampiro menor, Sebastian, no la dejaría desaparecer tan fácilmente. Para animarla a convertir a un mortal—engañó a cinco hombres humanos de la villa y los atrapó en la mansión por medio de los extraños poderes de la mansión.

Al comienzo, temían a la última sangre pura y desfallecían sobre lo que ella podría llegar a hacerles. Pero eso sólo fue al inicio…
Con el tiempo, empezaron a abrirse con ella. Uno, en particular, pareció tornarse casi encariñado. Un cariño, pareciéndose al amor…

¿La última sangre pura elegiría convertir al mortal en vampiro…? ¿O lo liberaría, y al hacerlo, acabaría su larga historia?
La luna llena se acercaba. El poder de la mansión disminuía. El poder reteniendo a los hombres ahí desaparecería… como también la ultima sangre pura…

…De todos aquellos que Sebastian había atraído aquí, el más curioso era el joven que soñaba con ser escritor, Arthur.
Apenas a días después de su llegada, me sonrió descaradamente, y me propuso el más extraño de los juegos…

Arthur: Dime, ¿estarías interesada en una apuesta, mi querida vampiro? La apuesta es simple. ¿Te enamorarás de mí o no?... Si gano, tendrás que morderme y convertirme en un vampiro. ¿Qué dices?

No tenía idea de que por qué acepté. Una forma de pasar el tiempo, supongo. Y sí que pasó. Mis días con Arthur se fueron como en un sueño.
…Ahora, sólo quedaban siete días.

(Perdí noción del tiempo. Necesito hacer preparaciones para cuando me haya ido. Encontrar un lugar seguro para Sebastian--)

En mi cuarto, silenciosamente hurgué mis documentos, calculé finanzas, tracé la localización de mis viejos aliados…

Arthur: ¿Cómo puedes soportar sentarte frente a un escritorio en un día así, cuando el clima está tan agradable? Tienes la dedicación de una santa.
MC: ¡¿Arthur?!

(¡¿Cuándo llegó aquí?!)

Arthur: Estás pensando “cuándo llegó aquí”, ¿no es así? He estado aquí desde que agarraste esa primera hoja, sacudiste la cabeza tristemente y suspiraste… Deben ser noticias bastante deprimentes como para robarte toda concentración.

Parte 2
MC: ¿Tienes que narrar todo lo que estoy haciendo?
Arthur: Sólo soy el transcriptor. Es tu rostro el que cuenta la historia. Y qué lindo rostro que es. Podría “escucharlo” todo el día.

(Simplemente no puede dejar de hablar, ¡¿verdad?! Honestamente, es tan… ¡incorregible! ¡Hmph!)

Arthur: Oh, estás haciendo un puchero[1].
MC: …¡No estoy haciendo un puchero!
Arthur: Dices que no, pero está claro como el día. No que afecte tu agraciada apariencia. ¡Ah, pero prefiero cuando sonríes! Y hablando de eso—Extiende tu mano.
MC: ¿Por qué?
Arthur: Porque quiero que lo hagas. ¿Por favor?

No sé por qué, pero lo hice. Arthur colocó un mantelito en mi mano, sobre el que había un cuadrado de dulce[2].

MC: ¡Oh! ¡Me trajiste dulce!
Arthur: Me asombra y me encanta que tú, un vampiro, se haya vuelto tan asidua a los dulces humanos. Un trozo no causaría una sonrisa tan amplia a no ser que fuera parte de una ruin táctica para suplicar otro.
MC: …Te estás burlando de mí.
Arthur: ¡No me atrevería!

(Eso dices. Puedo leerte también, sabes. ¡Tu risa y sonrisa cuando no quieres que la gente sepa la verdad!)

Arthur haría de un buen contador de historias, pensé. Ciertamente podía entretenerme por horas.

(Llevó un cierto tiempo, pero es extraño cuán… placentera encuentro su compañía ahora)
Podía suspirar y sacudir la cabeza, pero en realidad, deseaba que Arthur pasara…

Parte 3
(La liviana conversación con Arthur llena el silencio que ha echado raíces en mi corazón)

Él no tenía miedo, aunque tenía razones para tenerlo. Sin importar lo que yo le dijera, me buscaba, una y otra vez.
…Algunos llamarían tal persistencia molesta. Pero su devoción había salvado una parte de mí, aquí en el ocaso de mi vida.

Arthur: ¿Tengo algo en la cara?
MC: No, ¿por qué preguntas?
Arthur: Porque estabas mirándome intensamente. ¿Podría ser? ¿Por fin te has enamorado de mí?
MC: Enamorarme de ti SERÁ la última cosa que suceda. Y ese momento no es ahora.
Arthur: …¿Estás segura?
MC: Estoy… muy segura.
Arthur: Bien, creo que estás siendo tozuda. He estado tratando todo este tiempo de mostrarte mi amor.

Arthur dejó que sus hombros cayeran de una forma cómicamente dramática. Recordé su curiosa apuesta—

Arthur: Dime, ¿estarías interesada en una apuesta, mi querida vampiro? La apuesta es simple. ¿Te enamorarás de mí o no?... Si gano, tendrás que morderme y convertirme en un vampiro. ¿Qué dices?

No estaba segura de cómo se había enterado de que PODÍA convertirlo en vampiro. Pero rápidamente olvidé eso, ya que venía día tras día para preguntar--
“¿Ya te has enamorado de mí?”. Y yo lo corría cada día, diciéndole “No”.

Aunque no lo sentía tan vehementemente como la primera vez. Porque me había encariñado con Arthur. Más de lo esperado.

MC: Arthur, déjame preguntarte algo.
Arthur: Pregunta.

Parte 4
MC: ¿Qué estabas pensando cuando hiciste esa apuesta?
Arthur: …Puesto simplemente, como aspirante a autor, deseo experimentar tantas cosas extrañas y maravillosas tanto como pueda. Mientras más conozco, ¡más material tengo para llenar las páginas, sabes!... ¿Y qué mejor oportunidad hay para experimentar el mundo que como un vampiro que vive para siempre? O casi para siempre. Y como extra, te encuentro muy atractiva y una eternidad contigo suena como un sueño de—

(…Algunos días, era como un sueño)

Arthur: ¿MC? ¿Sucede algo? Te ves bastante sombría.

Antes de darme cuenta, estaba de vuelta en mis memorias. Había tantas de ellas. De equivalente a muchas vidas... todo llegando a su fin.
Había sido feliz, sí. Pero había perdido cada trozo de felicidad en mi vida, hasta que me recluí a mí misma sólo para evitar más pérdida.

MC: …Todos los sueños llegan a un final, Arthur. ¿Pero ser dejado frío y solo al despertar? Esa es la parte que dura para siempre. Ni una sola memoria es lo bastante dichosa como para balancear el vacío que no deja de crecer. La eternidad significa un pesar eterno.

Si pudiera compartir la carga… Pero no podía ser compartida. Sólo pasada.

(Y no haré eso a ninguno de ellos. Incluso si lo pidieran. Que es por lo que no me atrevo a decirles de lo que pasará en la luna llena… Arthur, especialmente, no puede saber. Dolor y culpa—no encajan en sus inocentes ojos)

Arthur: ¿Y no deseas que yo conozca el pesar eterno que tú conoces…?
MC: ¡N-no es…! No es específicamente… sobre ti.
Arthur: …Es amable de tu parte desear protegerme.

Parte 5
Arthur: Pero yo ofrezco esto como contrapunto.

Arthur se inclinó hacia adelante, su sonrisa tan amplia que parecía alcanzar los costados de sus lentes.

Arthur: Dijiste ni una “sola” memoria. ¿Qué tal si pudiera entretenerte una y otra vez, por siempre? ¿Aun así me negarías, entonces?

(…De entre todas las personas, tú probablemente podrías)

Para mi estupor, me descubrí sonriendo.
No solo eso; Me había estado imaginado una vida con Arthur. Un futuro con él. Uno esperanzado.

(¿Hace cuánto que me había sentido de este modo por él, mientras lo apartaba?)

MC: …Arthur, deseo estar sola justo ahora.

Sin importar cuándo viniera a encontrarme, si le decía que no era el momento, se iba.

(…Si me quedo contigo más tiempo, podría simplemente contarte todo…)

MC: Por favor, Arthur.

Pero esta vez, cuando se lo pedí, no se fue.

Arthur: ¿Por qué debes aislarte, con solo tu tristeza de compañía?

Su voz, siempre confiada y alegre, ahora sonaba a punto de quebrarse.
Arthur se arrancó los lentes y me miró con sus ojos azules, libres; acunó mi mejilla.

Arthur: ¿No hay forma de salvarte, MC?... ¿No puedes… amarme, como te amo…?

~Fin del capítulo 1~

[1]: “Hacer un puchero” = hacer un mohín, hacer morritos; como un pequeñito berrinche facial.
[2]: “Fudge”, en inglés. Desconozco si tiene un nombre en español, pero es un dulce a base de mantequilla, azúcar y leche. El más famoso es el chocolate fudge, por supuesto (un browny).

Y como dato extra: La pregunta de todos los días de Arthur, me parece una coincidencia curiosa, cuando menos- al cuento original de La Bella y la Bestia, donde pasa lo mismo: Cada noche, la bestia va a preguntarle si se ha enamorado de él *suspiro*

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