Mitsuhide me sostuvo y me dio agua hasta que pudiera hablar. La Posada se había tornado silenciosa para cuando había terminado...
Mitsuhide: Ya veo.
No emitió
juicio alguno, sólo escuchó silenciosamente; incluso mientras yo trastabillaba
e hipaba mi camino hacia la miserable historia.
MC: …Nunca me habían hablado así antes…
Mitsuhide: ¿Nunca?
Me recliné
contra su tierno abrazo mientras él continuaba dando palmaditas a mi espalda en
círculos amplios y cálidos.
(Fiuu… Creo
que… Finalmente me quedé sin lágrimas…)
Me concentré en
la tranquilizadora presencia de su mano, mi voz seca y rota mientras
continuaba.
MC: …En mi tiempo, también tenemos imbéciles arrogantes, pero
la mayoría de la gente reconoce que están equivocados y se les enfrentan.
Mitsuhide: Me alegra que vivieras en mejores
tiempos que estos.
MC: Es bastante la diferencia… Y odio que no pude defenderme
mientras me trataban como un insecto… menos que un insecto…
Apartó un
mechón de mi cabello hacia atrás.
MC: …¡Pero no había nada que pudiera decir que le afectara! Esa
es la parte que no puedo superar…
Mis ojos
escocían y estaban calientes de nuevo, maldita sea.
Pero cada vez
que las lágrimas empezaban a derramarse, Mitsuhide gentilmente las apartaba con
una pequeña toalla.
MC: Están equivocados. Pero tienen todo el poder en este mundo…
Literalmente no hay nada que pueda hacer para hacerles verme como humana…
Mitsuhide: MC, eso es—
MC: …Y aun así mucha gente en este mundo es aplastada de ese
modo cada día, con no más recurso que el que tuve…
Cuando terminé,
Mitsuhide permaneció en silencio.
(No había caído
en cuenta que, con muy pocas excepciones, la mayoría de la gente en este tiempo
es tratada de ese modo. Y todos sólo lo aceptan…)
Nadie dijo nada
negativo mientras Yoshiaki bajaba la vista hacia ellos desde el escenario…
…La compañía
estaba llena de gente buena. La ciudad lo estaba también. Estaban montando el
show para él. Un invitado especial.
Y ese invitado
especial no pensaba en ninguno de nosotros como humano…
MC: ¡No es justo para nadie!
Mitsuhide: Tras una experiencia capaz de destruir
el mundo como lo veías, tu corazón aún se dirige hacia otros, ¿no es cierto?
Mitsuhide me
abrazó contra él.
Mi mejilla
manchada de lágrimas estaba ruborizada contra su fresca piel.
Mitsuhide: Siempre he mantenido que no hay tal cosa
como lo puramente correcto o puramente incorrecto. Pero, MC—Todo lo que
dijiste, incluso tu rabia, es correcta.
(¿Realmente se
siente de ese modo?)
Mitsuhide: No tienes que aceptar las críticas de
otra gente, sin importar qué tan poderosa pueda ser. Todo el mundo tiene un
diferente punto de vista. Esos nobles tienen el suyo, y Lord Nobunaga tiene el
suyo. Incluso Hideyoshi, con sus un tanto insufribles opiniones.
Eso trajo una
sonrisa a mi rostro.
Mitsuhide: Sabes lo que es correcto para ti. ¿No es
así?
MC: …Lo sé.
Creía –sin
importar dónde me encontrara en el tiempo—que tomar la vida de otra persona
estaba mal. Creía que no deberías juzgar el valor de alguien en base a nada mas
que sus acciones.
(…Sé que otros
no siempre estarán de acuerdo. Sé que me encontraré en lugares donde la gente
discutirá que estoy equivocada)
Recordé esa
primera batalla. Mitsuhide disparándole al general. El sonido del arma. La mirada
en sus ojos.
(…Sé que mis
creencias pueden vacilar a veces…)
Recordé mis
propias manos sosteniendo el gatillo. Cuando sentí el poder sobre la vida y la
muerte recorrerme.
(Pero eso no
quiere decir que he abandonado mis creencias)
…
Mitsuhide: Nunca
le agradezcas a alguien por tomar una vida. Maté a un hombre para que podamos
vivir. ¿Salimos ilesos, o te encuentras cambiada por lo que viste? ¿Son
nuestras dos vidas más valiosas que la sola suya? ¿Cuántas vidas dependen de
esto?
…
(Mitsuhide me
recordó exactamente por qué había llegado a valorar mis creencias en primer
lugar. Por qué eran importantes)
Incluso si
habían sido formadas en un tiempo más pacífico.
Este no sería
el lugar que las rompería. Eran mías para conservarlas. Mías para forjarlas más
fuerte.
Mitsuhide: En cierta forma, este mundo es un campo
de batalla de ideales. No sabemos, día a día, quién quedará hasta arriba.
Pero—Eso no le da a nadie el derecho para negarte tus ideales.
Respiré sus
palabras, dejé que me llenaran.
MC: …Bueno, no voy a llorar cuando suceda, eso es seguro. No
quiero darle a la gente así ese placer.
(Eso y tengo
tus palabras para reforzarme, Mitsuhide)
Quería creer en
mí misma de nuevo. Quería ser alguien en quien otros pudieran creer.
Mitsuhide: Ahí estás. Eres muy fuerte, sabes.
Me susurró
dulcemente, dando unas palmaditas en mi cabeza.
(Solía pensar
que lo hacía para mofarse, y aún suena algo condescendiente, pero justo ahora…
como que necesitaba esto…)
MC: H-hey… me harás llorar justo después de que juré no hacerlo…
Mitsuhide: Si no puedes mostrarle debilidad a tu
marido, ¿a quién se la mostrarás? Puedes
llorar a salvo cuando estés conmigo.
MC: …A salvo…
Su mirada
derritió las barreras de mi corazón. Y la primera cosa que hizo tras ganar
acceso a la parte más vulnerable de mí fue curarme…
Había tratado
de mantener una distancia “segura” tras enterarme de su traición, pero la
distancia que sentía más segura era en sus brazos.
MC: Ahí vas, llamándote mi marido otra vez. ¿Espero que eso no
signifique que todo lo que dijiste antes también era mentira…?
Mitsuhide: ¿Y eso?
MC: Pregunto porque… quiero creer lo que dijiste. Todo lo que
dijiste… Incluso con lo que sé, me he aferrado a esta versión de ti que creo
que es genial y en la que confío más que nadie…
Si las partes
no encajan, bueno, llámame loca, pero me he puesto del lado del Mitsuhide
“bueno” más que del “malo”.
Por un momento,
pareció listo para decir algo.
Pero se pasó
mientras sus ojos se suavizaban y susurraba:
Mitsuhide: Deberías descansar algo…
(Je. Sin
respuestas, ¿huh? Debería haberlo visto venir…)
Mitsuhide me
levantó gentilmente y me arropó en la cama.
Después se
sentó a mi lado, toalla manchada de lágrimas lista para secar lo último de mis
lágrimas.
(…Brr. La tela
se había enfriado a causa de mis lágrimas. Sabes, las manos de Mitsuhide
siempre están frías, también)
Mitsuhide: Buenas noches, MC. Plácidos sueños.
MC: Buenas noches para ti también, Mitsuhide. Y—gracias.
Sonrió.
Viendo no más
lágrimas, bajó la toalla.
Luego rozó mis
párpados para cerrarlos, su mano reposando reconfortante y fresca sobre mi
hinchado rostro.
(Me agrada
esto…)
Sentir a
Mitsuhide cerca.
No sólo
físicamente.
(Estaré bien)
Eso que había
perdido estaba regresando a mí, bajo su vigilancia. A salvo con él, caí en un
sueño apacible.
…
Mitsuhide cuidó
a MC mientras dormía, sin descansar.
Mitsuhide: …Espero que estén conscientes, de que
incurrieron en un gran y muy peligrosa deuda al hacer llorar a mi esposa…
Sus bruñidos
ojos amarillos parecieron arder como un fuego fantasmal en la oscuridad…
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